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Cultura

¡Ay que me abraso, ay!, proyecto multisensorial inspirado en la música, poesía y teatro del siglo XVII

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Por dicha interrupción, los comensales comparten testimonios y realizan actos de convencimiento para que los frailes cedan a los placeres y declaren la taberna como un templo del amor divino. 

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La Secretaría de Cultura federal y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal), a través de la Coordinación Nacional de Teatro (CNT) y la compañía Ensamble Áureo, presentan ¡Ay que me abraso, ay!, con dramaturgia y dirección de Alfredo Monsiváis, el cual se podrá disfrutar del 11 de mayo al 4 de junio, jueves y viernes a las 20:00 horas; sábados a las 19:00 y domingos a las 18:00 horas, en el Teatro el Granero Xavier Rojas del Centro Cultural del Bosque (CCB).

¡Ay que me abraso, ay! es un proyecto novedoso, multisensorial, divertido y creado a partir de una investigación profunda sobre la música, poesía y teatro, en uno de los periodos históricos de México más ricos, diversos, prósperos y efervescentes: el siglo XVII. 

Un estanco novohispano de pulque celebra el amor en todas sus formas, un espacio donde desaparecen las barreras sociales de las castas. Todo es celebración hasta la llegada de la Santa Inquisición, declarando el lugar contrario a la moral y buen ejemplo de la Santa Fe Católica. 

La historia de este montaje sucede a partir del concepto de amor y la picardía en todas sus formas posibles dentro de un lugar que se ha vuelto ideal para desaparecer aquellas barreras sociales de las castas y el tabú del amor. En este sitio todo parece diversión y celebración hasta la aparición de Los Frailes Dominicos de la Santa inquisición que acusan esta taberna como un lugar “de tormentosa lujuria, deshonesta y provocativa, que contradice la moral y el buen ejemplo de la Santa Fe Católica”.

Por dicha interrupción, los comensales comparten testimonios y realizan actos de convencimiento para que los frailes cedan a los placeres y declaren la taberna como un templo del amor divino. 

En esta puesta en escena, la música y la poesía son el detonante más importante para la dramatización. Por su parte, la escenografía delimita los espacios de acción de los intérpretes, enfocando su importancia en las imágenes poéticas.

Por otro lado, las y los personajes, a través de la interpretación de música polifónica a capella provocan armonías, en este sentido, la voz de las y los actores se convierte en protagonista, lo que en la polifonía vocal, a cuatro y cinco voces, atiende la dulzura del verso y la expresividad de la prosa.

Para el dramaturgo y director Alfredo Monsiváis, “Queremos que el público conozca y conecte con el pasado novohispano, que en los villancicos escuche el eco de nuestra historia y las voces de los marginados y el cómo viven en los sonidos de la polifonía, aquel patrimonio sonoro que tenemos y que poco se conoce y que es también el origen de nuestra identidad mexicana”.

“Este espectáculo se basa principalmente en la polifonía de los virreinatos americanos de la Nueva España, Perú y Bolivia, con fragmentos de la grandeza mexicana de Bernardo Balbuena y de sor Juana Inés de la Cruz. Este proyecto explora la conformación de la identidad mexicana a partir de la diversidad cultural, estética, lingüística y étnica durante el siglo XVII del virreinato mexicano. Para exponer esta diversidad fue seleccionada música representativa de las diferentes conformaciones sociales novohispanas: obras en lenguas nativas, en castellano y guineo, variantes del castellano con expresiones y fonética de lenguas africanas”, finalizó.

El elenco de ¡Ay que me abraso, ay! está integrado por Karen Laguna, Verónica Ramos, Alfredo Monsiváis, Fernando Sánchez Cervantes, Erandeni Durán, Alhelí Abrego, Erandi Tuero, Erik Pérez, Oscar Flores e Iztany Nava. La música en vivo estará interpretada por Oscar Flores, Alhelí Ábrego, Karen Laguna, Fernando Sánchez Cervantes y Alfredo Monsiváis. 

El diseño de iluminación es de Pedro Pazarán, el diseño de vestuario es de Ensamble Áureo, mientras que la producción ejecutiva es de Erandeni Durán.