El estilo de vida de las personas está en un cambio constante debido a la inmersión de esas tecnologías.
Iris Becerril
Las nuevas tecnologías cada vez ganan más terreno en las actividades que realiza en el día a día, están cambiando la forma de ver el mundo; se trata de la inmersión de la industria 4.0 o también conocida como cuarta revolución industrial.
La robótica colaborativa, la impresión 3D, la realidad aumentada, el internet de las cosas, el uso de sensores inteligentes, sistemas de software y procesadores con mayor potencia, son tan sólo algunos avances que esta revolución trae consigo.
El estilo de vida de las personas está en un cambio constante debido a la inmersión de esas tecnologías, casi todo lo que conforma la industria 4.0 está interconectado, personas, datos y máquinas.
Poblanas y poblanos no son la excepción, cuando hacen los pedidos de comida a través de aplicaciones, o de cualquier otro artículo de necesidad con sólo oprimir unas teclas, las transferencias de dinero desde el teléfono móvil, la opción de cobrar por sí mismo un producto con un sistema avanzado, incluso el programar y contratar desde una aplicación el servicio de lavado de ropa, ya emplean los mecanismos de la industria 4.0.
Entre los beneficios de las dinámicas basadas en la industria 4.0 están: incremento de la productividad, procesos más óptimos, producción masiva y personalizada, eficiencia en tiempos, comunicación directa entre clientes – empresas, entre otros.
Lo cierto, es que la industria 4.0 ya es una realidad, se desarrolla a un paso veloz y está incursionando en casi todos los ámbitos de su vida diaria, las opciones sólo son dos, adaptarse o rechazar el boom tecnológico.
ARP
