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Deporte A Fondo | Números vergonzosos

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La columna de Antonio Abascal

Los jugadores del Puebla cumplieron parte de su promesa: Se mataron en la cancha contra Tigres, hubo entrega, compromiso, hasta una mejoría futbolística, pero la unidad a la que se apeló en la rueda de prensa del pasado miércoles no fue tan evidente, hasta tres jugadores se pelearon el penalti del posible empate a tres mientras Jorge Camacho Peregrina decidía ir al VAR para analizar su decisión, y los reclamos entre los jugadores también fueron evidentes. Al tiempo que lo más importante, el resultado, tampoco llegó porque Tigres impuso su mayor jerarquía para aprovechar los errores camoteros y se llevó los tres puntos lo que deja a la Franja ya sin opciones matemáticas de alcanzar el repechaje, lo mantiene en el sótano de la competencia y lo acerca a sus peores registros en la historia de los torneos cortos.

La campaña más mala en la historia de la Franja corresponde al Invierno 98, el de los cinco yugoslavos con Raúl Cárdenas en la dirección técnica, en total fueron nueve puntos producto de dos triunfos (2-1 a León en la fecha cinco y 1-0 al Pachuca en la once), tres empates (1-1 con Santos en la ocho, 2-2 con Necaxa en la diez y 2-2 con Monterrey en la diecisiete) y doce derrotas con trece goles a favor y 41 en contra.

La cosecha de unidades fue la más pobre para el Puebla, pero también significó registros negativos en el número de derrotas y en los goles recibidos para un torneo con diecisiete juegos. Otros torneos con malos números fueron el Verano 2002 con once descalabros en dieciocho partidos con 45 goles en contra, y el Clausura 2003 también con once derrotas. Cabe destacar que en la 95-96, la última campaña larga en México, el equipo camotero perdió dieciocho juegos de 34 en disputa con seis triunfos y diez empates para terminar en el último lugar de la tabla, pero si alargamos los números del Invierno 98 a los del Verano 99, el del primer descenso poblano, llegaremos a la conclusión de que esas versiones perdieron veintidós duelos de los 34 en disputa, sólo ganaron cinco y empataron siete en todo el año.

Ahora, la escuadra de Andrés Carevic (responsable del banquillo en los últimos tres partidos) suma diez derrotas en trece juegos por lo que ya está a dos de la marca del Invierno 98 cuando restan cuatro juegos muy duros: Chivas, en Guadalajara el próximo sábado, Cruz Azul en el Estadio Cuauhtémoc el viernes 12 de abril, la visita a Tijuana el 19 y el cierre del torneo recibiendo al América el 26 de este mes. Son 34 goles en contra en trece partidos lo que ya coloca el promedio en 2.61, por arriba de los que se registraron en ese Invierno 98 y en el Verano 2002; el Puebla está en buen ritmo para llegar a los 41 que se aceptaron en el torneo de los cinco yugoslavos, un certamen que quedó en la memoria de los aficionados poblanos como la peor pesadilla por la baja calidad de la plantilla, aunque ahora la actual versión parece empeñada en ofrecer la redención para esos jugadores y romper una serie de marcas negativas que parecían imposibles de superar.

El viernes pasado en el Cuauhtémoc, el Puebla peleó ante una gran plantilla pero que en sus tres salidas previas apenas había convertido un gol (perdió 2-1 ante Toluca en la fecha 10, sufriendo descalabros en la siete ante Cruz Azul por 1-0 y frente al América por 2-0). Carevic volvió a hacer cambios al sacar a Gastón Silva para que Efraín Orona apareciera como central por izquierda, colocó a Sebastián Olmedo como central por derecha para adelantar a Diego de Buen a la contención haciendo pareja con Pablo González, mantuvo a Alberto Herrera para trabajar en el mediocampo por izquierda lo que permitió regresar a Kevin Velasco a la derecha para intentar reactivar la sociedad con Gustavo Ferrareis, en punta apostó por dos delanteros como Miguel Sansores y Santiago Ormeño; una mejor actitud y un mejor parado permitieron minutos reconocibles del equipo que se puso en ventaja con un golazo de Alberto Herrera, un canterano que demostró que puede ser importante, siempre y cuando reciba oportunidades repetidas y en la posición que domina porque él también ha sido improvisado como lateral izquierdo cuando en la media cancha incluso ha recibido llamados a los procesos de selecciones con límite de edad. El gol cayó tras un pase largo de Brayan Angulo a Miguel Sansores quien cargado a la izquierda retrasó el balón a la llegada de Herrera quien no dudó en sacar el disparo como venía y la colocó al ángulo superior izquierdo (para el guardameta felino)

Fue un golazo en toda la extensión de la palabra, pero es importante señalar que, a pesar de una mejor versión, de competir de tú a tú, los problemas defensivos se mantuvieron en el primer tiempo y se logró acabar los primeros cuarenta y cinco minutos sin gol en contra más por las fallas de Tigres que por mérito poblano. Iván Rodríguez ganó un mano a Juan Brunetta en una jugada muy meritoria por parte del criticado arquero camotero, el propio Brunetta desperdició una jugada que se fabricó él mismo al trabar un balón con más fuerza que Olmedo, pero al ingresar al área voló su disparo. La banda derecha de la defensiva poblana era una avenida por la que transitaban con gran facilidad el propio Brunetta y Diego Laínez. De hecho, los norteños sí marcaron un gol que el árbitro había dado por bueno tras una serie de rebotes en el área donde Nicolás Ibáñez parecía empujar con la cabeza, pero tras la revisión en el VAR se encontró que el remate había sido con el brazo; es decir, los cambios de Carevic y una mejor actitud permitieron que la Franja peleara, que ofreciera una imagen más cercana a la que piden sus aficionados, pero no evitó los problemas defensivos.

Tras el paso por los vestuarios, Tigres apretó el acelerador, se posicionó mejor, Carioca dictó condiciones en mediocampo y Guido Pizarro inclinó la cancha, los felinos asfixiaron al Puebla al que no le duraba mucho la pelota, ya no podía conectar con Velasco o con Herrera y mucho menos descargar con los delanteros para que se apoyaran, en la única que lo pudieron hacer Ormeño le dio respiro al equipo y fue capaz de armar una jugada que terminó con remate al travesaño y en el contrarremate Velasco perdonó a los Tigres, otra vez la falta de contundencia en las áreas mató al equipo de la Franja porque del 2-0 se pasó al uno a uno; Pizarro fue al frente y con su gran calidad llegó a línea de fondo, Ormeño lo siguió pero no fue con decisión y Pizarro lo aprovechó para mandar una diagonal retrasada que encontró Brunetta para empatar el juego al 61, los técnicos decidieron mover los banquillos: Luis Arcadio García ingresó por Kevin Velasco y Martín Barragán por Miguel Sansores, por los visitantes Sebastián Córdova apareció en lugar de Brunetta y Marcelo Flores por un discreto Luis Quiñones; Tigres siguió asfixiando al Puebla, pero las modificaciones no cayeron mal en la escuadra local porque Ferrareis se fue al mediocampo Barragán tomó buenas decisiones para darle respiro y salida al cuadro de Carevic.

Con el juego de tú a tú, los pequeños detalles decidieron, Córdova ejecutó un tiro de esquina con un centro bombeado al área chica donde había cualquier cantidad de jugadores de ambos equipos, Diego Reyes venció la marca de Orona y de Barragán para picar su remate y hacer inútil la estirada de Iván Rodríguez; Ozziel Herrera ingresó por Diego Laínez y del lado poblano Pablo González dejó su lugar a Fernando Navarro y Ferrareis a Ángel Robles. Pero fueron los norteños los pegaron de nuevo en parte por su calidad y en parte por los errores defensivos del Puebla, al minuto ochenta un centro que parecía estar controlado fue mal atacado por Sebastián Olmedo quien abanicó y dejó abierto el camino a Sebastián Córdova quien, con frialdad, controló el balón y ante la salida de Rodríguez lo fusiló por debajo de las piernas, parecía el gol de la tranquilidad, pero la Franja se rebeló y al 83, un gran servicio de Alberto Herrera fue rematado por Luis Arcadio García en un golazo que despertó al Cuauhtémoc, cuyo público empujó, por un momento se olvidó de los malos resultados y trató de ayudar a su equipo a conseguir la igualada.

Parecía que podía lograrlo por medio de un penal que marcó el árbitro por unas manos de Juan Pablo Vigón, recién ingresado, a un disparo de Diego de Buen; fue ahí cuando todos pidieron la bola, Ormeño, Barragán y Cavallini (quien llevaba pocos minutos en la cancha), de Buen fue a la banca a consultar, mientras los jugadores de Tigres reclamaban y pedían la asistencia del VAR porque Vigón estaba seguro de no haber tenido intención. Mientras la discusión poblana continuaba, el árbitro Camacho Peregrina acudió al vídeo para revertir su decisión ante la molestia del público y de los jugadores camoteros, que intentaron, pero ya no tuvieron la claridad para hacer daño con decisiones equivocadas en el último pase de Fernando Navarro o Ángel Robles, Tigres se acordó que la posesión de la pelota es una buena aliada en este tipo de circunstancias y así llevó el partido a buen puerto para meterse al cuarto lugar de la tabla y seguir hundiendo al Puebla, con ciertas respuestas, pero incapaz de frenar la hemorragia en la defensa, pagando las consecuencias de una mala planeación y el no buscar a un defensa central de mayor jerarquía.

Por ese es importante señalar que el equipo de la Franja no perdió ante Tigres por culpa del árbitro, algunos hablan de tres penales cuando la decisión de revertir la pena máxima es más bien una muestra de la ambigüedad del reglamento, mientras que la supuesta falta sobre Ormeño en el primer tiempo es un contacto insuficiente para decretar falta y en esa jugada el delantero poblano se tardó para hacer más daño; finalmente en el primer tiempo hubo otra mano que requirió la revisión silenciosa sin que se produjera una decisión distinta a la del árbitro central y que para quien escribe esto, era más clara que la del final del partido. Lejos de las polémicas, el Puebla perdió porque enfrentó a un equipo de más calidad que encontró respuestas para sobreponerse a la intensidad poblana y a los buenos minutos que sí tuvo la escuadra local, pero otra de las razones para explicar la décima derrota en este Clausura 2024 se encuentra en la capacidad de Tigres para aprovechar los errores poblanos, algunos colectivos, otros puntuales de jugadores que la campaña pasada fueron revelación y han sido incapaces de mantener ese nivel como Sebastián Olmedo.

Desde la campaña pasada, el Puebla es un equipo de destellos, incapaz de alargar o de hacer pesar con más fuerza sus momentos de lucidez, esta temporada, salvo en los primeros partidos en los que no fue contundente, no había tenido esa lucidez hasta el viernes pasado cuando volvió a ofrecer chispazos. El tema es que no pudo hacer que duraran más y es tan endeble que cuando Tigres apretó el acelerador no pudo mantener el cero porque hay que insistir en que desde el primer tiempo, Tigres había perdonado a la Franja.

Quedan cuatro partidos que serán fundamentales para maquillar el torneo, para sacar más puntos que no compliquen en el futuro en la tabla de cocientes (donde hoy no tiene problemas), para evitar implantar marcas negativas de más derrotas, más goles recibidos y menos puntos, Carevic deberá profundizar en los buenos momentos que tuvo su equipo y encontrar una solución a la hemorragia defensiva; mientras eso sucede en la cancha, afuera de ella, hoy llegará al país Ángel Luis Catalina, nuevo director deportivo del Puebla, que ojalá tenga una actitud abierta al análisis y no caiga en los prejuicios para definir la continuidad o no de los jugadores y del cuerpo técnico. Hoy la Franja requiere de un trabajo verdaderamente profesional, una palabra de la que se ha abusado por parte del equipo del nuevo director general sin que hasta el momento esas decisiones se hayan traducido en buenos resultados para la Franja, porque si bien la mala planeación corresponde a la parcela deportiva para que las decisiones se materializaran necesitaron del visto bueno de los hombres encargados de la organización.

Dicho de otra manera, hoy que el Puebla se asoma al peor torneo de su historia, las responsabilidades deben ser compartidas desde la Dirección General, la dirección deportiva, entrenadores que han pasado por el banquillo en estos meses y jugadores que el viernes demostraron que con una mejor postura no estarían tan cerca de pasar a la historia negativa del Puebla, porque mire que acercarse o superar a aquella versión de los yugoslavos, ya es hablar del punto más bajo en los casi ochenta años de vida de este club de la Franja. Todos los que forman parte de esta versión actual del Puebla están muy cerca de emular el momento más vergonzoso para los Camoteros.