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De Lengua me Como un Plato – Memento Mori: “Recuerda que morirás”

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La columna de Tatiana Bernaldez

Para los mexicanos es muy común hablar de la muerte.

El famoso Memento Mori, como se le llama a un símbolo muy característico del Arte Occidental. 

Desde calaveras hasta naturaleza muerta. La figura de la muerte ha hecho reflexionar generaciones. 

A lo largo de la historia se ha observado que la muerte y la reflexión en torno a ella es más visible en momentos de crisis social. 

Las civilizaciones tienden a cuestionarse este símbolo cuando ven en riesgo su propia vida. Más aún cuando es colectivo. 

Un ejemplo claro es lo que ocasionó la temporada de plagas como la Peste Negra entre 1346 y 1353, epidemia que mató a más de un tercio de la población de Europa en la época Medieval. 

Filosofía y obras artísticas destinadas a la reflexión profunda de la dicotomía Vida/Muerte surgieron como consecuencia del enfrentamiento cara a cara con la muerte. 

La muerte se convierte fundamentalmente en inspiración para artistas como: Yates Thompson, Francesco Botticini con su obra “Asunción de la Virgen” (1475-76), “La decapitación de San Juan Bautista” (1608) de Caravaggio, “El sueño de Dante” (1871) de Dante Gabriel Rossetti, Herbert Draper con “Lamento por Ícaro” (1898), entre otros clásicos occidentales.

Estetización de la muerte para comprender la vida.

Entre cadáveres y cráneos, algunos artistas también plasmaron esqueletos y cuerpos en diferentes etapas de descomposición.

Aunque otros artistas pintaron animales e insectos que salían de los cuerpos al deteriorarse. Gusanos, sapos, ranas y serpientes. 

Se consideraban símbolos demoníacos a dichos animales, excepto los gusanos. Por eso eran pintados en los cuerpos muertos o en los esqueletos, haciendo alusión al paraíso y al infierno. La vida y la muerte. 

Las pinturas medievales de occidente plasman la muerte como protagonista de la obra viniendo al mundo terrenal para llevarse a algún ser. Claramente se puede observar un esqueleto convenciendo al cuerpo de algún personaje representativo de la historia, para que lo acompañe. El humano en turno se resiste a morir.

En otro tipo de composiciones y de obras pictóricas de la época y en años posteriores a 1500 son la caracterización de la muerte en festines, danzando, cantando y tocando sus propios instrumentos. El objetivo, concientizar al espectador sobre su propia muerte en momentos de crisis social. 

José Guadalupe Posadas, grabador, ilustrador y caricaturista contemporáneo caracteriza el folclor mexicano en el siglo XIX con un toque de humor político y crítica social antes del triunfo de la Revolución Mexicana.

Posadas es el responsable de inmortalizar la propia muerte y popularizó la imagen de la Garbancera, futura Catrina, que hasta nuestras fechas se ha vuelto un símbolo de mexicanidad inigualable e indisoluble. 

Un icono parecido a las obras medievales que repercutieron en México y que también contempla el símbolo de la muerte como sujeto, son las “calaveritas” mexicanas. Versos rítmicos con epigramas que presentan la muerte con cierto grado de ironía, describiendo el fallecimiento de una persona que no haya muerto todavía y destacando particularidades de su propia vida.