La columna de Andrea Casco
Mi hermano recién casado al anunciar su compromiso frente a los integrantes de nuestra familia mencionó: “Los momentos importantes, se comparten con las personas importantes”. Frase que posteriormente adoptó mi hermano menor cuando aperturó su despacho, también estuvieron las personas más cercanas a nosotros.
En ambas ocasiones el corazón se me llenó de orgullo y la cabeza de razón, ¡que cierto es! ¿no lo creen?
Pocas veces nos detenemos a contemplar los momentos que compartimos con las y los nuestros.
Incluso dicen que debemos ser cautelosos al exponer nuestros éxitos, no mostrarlos con quien no se alegrará por ellos.
Recientemente mi amiga Paola, me invitó a la inauguración de su negocio, un concepto fascinante “Interestela”, además de una cafetería, es cine y un foro de arte, que busca impulsar a nuevas generaciones de productores, artistas y a cualquiera que genere un cambio social.
Los tiempos por un momento me impedían asistir, estuve a punto de no hacerlo, sin embargo, el cariño y afecto que le tengo me impulsaron. Estando presente no daba crédito a lo que mis ojos veían, me sorprendí, realmente el proyecto es una joya y será todo un éxito, segura estoy.
No dejaba de retratar todo lo que podía, la galería, la sala de proyecciones y a amiga que, junto a sus tres hermanos y padres fueron excelentes anfitriones, todos y todas las asistentes pasamos un grato momento.
Al despedirme me dijo, que mi presencia para ella era muy valiosa, respondí con un abrazo muy sincero agradeciendo la invitación, comprometiéndome a divulgar su emprendimiento.
Me di cuenta que nuestro tiempo es valioso, pero que vale más cuando se comparte.
Cada segundo que regalamos a los demás no se recupera. Por eso, que alguien dedique tiempo a estar con nosotros es algo para atesorar, agradecer y devolver.
¿Nos leemos el siguiente lunes? @Andy_Casco.
