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Yulimar Rojas: “Siempre he soñado con el oro Olímpico. Es algo que deseo y anhelo”

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La venezolana de triple salto, plata en Río 2016, apunta como favorita al título Olímpico y, antes de debutar el 30 de julio en el Estadio Olímpico, ha hablado con Tokio 2020.

Redacción

Yulimar Rojas es la principal favorita a ganar el oro Olímpico en triple salto, una competición que arranca el 30 de julio con las rondas preliminares y cuya final se disputará el 1 de agosto.

Hay motivos para creer que la medalla de plata que logró en Río 2016 puede convertirse en algo más dorada en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020: posee el récord del mundo en triple salto en pista cubierta, este año se ha quedado a 7 centímetros de batirlo al aire libre (con su marca de 15.43 metros habría ganado cualquier edición de los Juegos Olímpicos), y fue elegida Atleta del Año en 2020.

¿Cómo se prepara Yulimar Rojas para la que puede ser la prueba donde se logre el récord del mundo? ¿Será el momento de conseguir el oro Olímpico?

Ella misma lo responde en una entrevista exclusiva para Tokio 2020 desde la Villa Olímpica.

Después de la plata en Río y el rendimiento mostrado después (Atleta del Año en 2020, récord del mundo a puerta cubierta…), ¿qué objetivo se pone en Tokio?

Siempre he soñado con el oro Olímpico. Es algo que deseo y anhelo. He trabajado mucho por eso. Llegué a Tokio con esa meta y espero que podamos conseguirla para que Venezuela celebre junto a mí y escuche el himno nacional.

El récord del mundo parece estar en usted. ¿Se podría oficializar en Tokio?

El récord saldrá cuando menos lo esperemos. Sé que el récord está en mis piernas, pero va a salir cuando Dios quiera que lo celebremos, sin forzarlo.

¿Cómo se imagina la sensación de lograrlo?

Felicidad. Cuando alcanzamos una meta que deseamos con toda la mente y el corazón, y sobre todo, la hemos trabajado, lo único que te queda es felicidad y satisfacción.

¿Vive como una presión el hecho de que todo el mundo le señale como favorita?

A veces no me lo creo, siento que soy una chama normal, igual que todo el mundo, con metas y sueños, trato de no cargarme de pensamientos que puedan crearme ansiedad. Yo agradezco mucho a todos los que confían en mí, y espero no defraudarles.

¿En qué ha cambiado la Yulimar de Río 2016 a la de Tokio 2020?

En el 2016 llegaba como la novata. Ahora tengo un poco más de experiencia y sobre todo, comprendí mejor la importancia de tener control mental de mi mente y cuerpo para poder alcanzar lo que quiero. Tengo mucha más seguridad en mí.

¿Cómo alguien que vuela tan lejos es capaz de mantener los pies en el suelo?

Mantener los pies en el suelo es necesario para poder agarrar impulso y seguir llegando más lejos. No podría ser de otra forma; la vida, mi familia, mi día a día me enseñaron que lo único que interesa es ser feliz, hacer lo que te apasiona, y luchar por tus sueños. Hay que ser agradecidos siempre.

¿A quiénes ve como principales competidoras en el salto triple?

Todas son competencia. Han hecho un gran ciclo Olímpico. Todas llegamos con las mismas ganas de ser campeonas o montarnos en el podio.

¿Qué espera de Tokio 2020?

Espero regalarle a mi país la alegría de ser campeones Olímpicos y de escuchar el himno nacional.

¿Los Juegos Olímpicos después de la pandemia son más especiales por poder mandar un mensaje de esperanza al mundo?

La pandemia se ha llevado a mucha gente que queremos. Nos ha tocado vivir una realidad muy dura. Estos Juegos Olímpicos se viven con incertidumbre, pero con mucha esperanza, porque permanece la unión, el amor y respeto de las naciones.

¿Cuál es su primer recuerdo Olímpico? ¿Se imaginaba llegando aquí?

Cuando vi a la selección nacional de voleibol de mi país dejándolo todo en cancha es uno de mis principales recuerdos. En ese momento quería ser atleta Olímpica, y no paré de entrenar.

Sus orígenes son humildes pero siempre ha dicho que, si se hubieras enfocado en las adversidades, no habría llegado a ser campeona del mundo. ¿Cómo lo hizo? ¿Cree que es más fácil acomodarse en el “no puedo” que luchar por el “sí puedo”?

Hasta para rendirse también hace falta valor porque dejarías sueños a medias. Yo no me quería quedar con eso. Yo decidí enfrentar mis adversidades y convertirlas en oportunidades. A veces quise rendirme, muchísimas veces, pero en todas me levantó mi familia, mi madre. Ella es mi motor.