El evento congregó tanto a turistas nacionales como internacionales, quienes encontraron en esta expresión de sacrificio y espiritualidad una muestra viva de la cultura religiosa poblana.
Sicom Noticias
Con cadenas de más de 90 kilos y espinas incrustadas en el cuerpo, 35 hombres recorrieron las calles de Atlixco este Viernes Santo como parte de la tradicional Procesión de los Engrillados, una manifestación de fe y penitencia con más de cien años de historia.
La jornada inició desde temprano en el Ex Convento de San Francisco, donde los participantes se prepararon física y espiritualmente para cumplir sus promesas. Con los pies descalzos y el torso desnudo, caminaron bajo el sol de abril arrastrando pesadas cadenas en un recorrido marcado por el silencio y la devoción.
Minutos antes del mediodía, las autoridades dieron inicio formal al acto, mientras habitantes y comerciantes locales extendían la tradicional alfombra de aserrín y flores sobre la calle 16 de Septiembre, por donde pasaría la procesión. El momento fue acompañado por rezos, lágrimas y el respeto de los presentes.
A las 11:55 horas, la procesión partió entre el murmullo de los fieles y la mirada atenta de los más de 185 mil visitantes que, según estimaciones del Ayuntamiento, llegaron a Atlixco durante la Semana Santa, muchos de ellos atraídos por esta ceremonia única en México.
El evento congregó tanto a turistas nacionales como internacionales, quienes encontraron en esta expresión de sacrificio y espiritualidad una muestra viva de la cultura religiosa poblana. Algunos grabaron en video el paso de los engrillados, mientras otros se sumaban en oración.
La Procesión de los Engrillados no solo representa el fervor religioso del pueblo de Atlixco, sino también su compromiso con la preservación de las tradiciones que fortalecen la identidad comunitaria. Año con año, esta ceremonia se convierte en uno de los momentos más intensos de la Semana Santa en la región.
