El director de Intervenciones en Emergencias Sanitarias de la OMS, Altaf Musani, mostró su preocupación por la destrucción o el cierre de cientos de instalaciones sanitarias.
Redacción
Desde diciembre de 2017, los ataques contra instalaciones sanitarias han ocasionado la muerte de más de 700 trabajadores sanitarios y pacientes y más de 2000 heridos, según destaca un análisis trienal de la Organización Mundial de la Salud publicado este martes.
El Sistema de Vigilancia de Ataques a la Asistencia Sanitaria registró los ataques a trabajadores sanitarios, pacientes, suministros, ambulancias e instalaciones en 17 países afectados por situaciones de emergencia, como Etiopía, Yemen, Siria, Mozambique, Nigeria, los territorios palestinos ocupados, Myanmar, la República Centroafricana y Somalia, entre otros.
En declaraciones a los medios de comunicación en Ginebra, el director de Intervenciones en Emergencias Sanitarias de la OMS, Altaf Musani, mostró su preocupación por la destrucción o el cierre de cientos de instalaciones sanitarias, el alto número de muertes entre el personal sanitario y la falta de atención sanitaria que no pudieron recibir millones de personas.
El informe advierte que el impacto de los ataques va mucho más allá de las amenazas a los profesionales de la salud.
“Su impacto repercute en la salud mental de los trabajadores sanitarios y en su disposición a presentarse a trabajar, en la voluntad de las comunidades a buscar atención sanitaria y también reduce drásticamente los recursos para responder a las crisis sanitarias”. El “efecto dominó de un solo incidente es enorme”, dijo, y tiene “consecuencias a largo plazo para el sistema sanitario en su conjunto”.
Musani hizo un llamamiento a todas las partes en conflicto a garantizar espacios de trabajo seguros para la prestación de servicios sanitarios.
