Durante el primer tramo de la carrera, Ramírez se mantuvo dentro del top-10 general. Su estrategia consistía en cuidar el auto y estudiar a sus rivales para identificar sus puntos débiles, tarea que realizó a la perfección.
SET NOTICIAS
La sexta fecha de la NASCAR México Series, que se llevó a cabo en el Autódromo Miguel E. Abed de Amozoc, Puebla, dejó un sabor agridulce para el equipo Ramírez Racing. A pesar de haber tenido una destacada actuación, un contacto en la parte final frustró la posibilidad de alcanzar un podio.
El fin de semana comenzó con grandes expectativas para el piloto capitalino, quien logró marcar buenos tiempos durante las prácticas y se posicionó entre los líderes. Sin embargo, debido a una intensa lluvia que cayó sobre el Autódromo Miguel E. Abed, la sesión de clasificación fue suspendida. Como resultado, se decidió arrancar la carrera en función del estado del campeonato, alternando entre la categoría NASCAR México Series y Challenge.
Esta situación afectó al experimentado piloto, quien se vio relegado a la posición 16 al combinarse las parrillas de salida. No obstante, José Luis sabía que contaba con un auto competitivo que le permitiría remontar y luchar por un lugar en el podio. Se mentalizó en atacar desde los primeros giros para situarse en la parte delantera.
Durante el primer tramo de la carrera, Ramírez se mantuvo dentro del top-10 general. Su estrategia consistía en cuidar el auto y estudiar a sus rivales para identificar sus puntos débiles, tarea que realizó a la perfección. Así, concluyó la primera mitad de la carrera en la sexta posición.
Cuando se mostró la bandera amarilla, el piloto y el equipo Ramírez Racing realizaron ajustes que resultaron efectivos en el auto #08 de Prestoflam. Esto se hizo evidente de inmediato tras la reanudación de la carrera, ya que José Luis avanzó rápidamente hasta ubicarse en el top-3. Durante gran parte de la competencia se mantuvo en esta posición.
Sin embargo, a pesar de la destacada conducción de José Luis y el rendimiento óptimo del auto #08, cuando defendía el tercer puesto, un contacto justo en la entrada al circuito interior del Autódromo Miguel E. Abed lo hizo retroceder, quedando en la decimotercera posición. No obstante, no se rindió y protagonizó una nueva remontada.
En pocos giros, José Luis demostró su habilidad al volante y pronto se situó nuevamente entre los ocho primeros lugares. Aún había tiempo para acercarse a los punteros, pero una vez más un contacto fue determinante para el #08.
En esta ocasión, al salir de las curvas e ingresar a la recta trasera del autódromo, un contacto provocó una pinchadura y daños en el radiador justo en la vuelta 66. Esto obligó a ingresar a pits y resultó determinante para el desenlace de la carrera, dejando un sabor agridulce para el piloto del equipo Ramírez Racing.
“Es una lástima cómo terminamos la carrera después de haber realizado un gran trabajo previo y haber dejado el auto en condiciones óptimas para ganar. A pesar de haber sido protagonistas durante todo el fin de semana, los contactos arruinaron nuestro esfuerzo. Aunque obtuvimos valiosa información y pudimos hacer ajustes para mejorar el automóvil durante la carrera, no podemos ignorar la frustración de no poder terminar. Estamos más que preparados para ganar carreras, y seguiremos trabajando arduamente para volver a subirnos a lo más alto del podio en lo que resta de la temporada”, declaró José Luis Ramírez.
El equipo Ramírez Racing buscará la revancha en la séptima fecha de la temporada 2023 de la NASCAR México Series, que se celebrará el 29 de julio en el Autódromo Monterrey.
