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Izúcar de Matamoros

En Teopantlan, las ofrendas son colocadas en los artesanales petates

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Otra costumbre en Teopantlan es lanzar cohetones al aire y repicar las campanas en la iglesia durante la noche del 28 de octubre, el 31 y el 01 de noviembre.

Enid Herrera

A pesar de que en todo el país se vive la tradición del Día de Muertos, cada región cuenta con alguna costumbre que la distingue de las demás. En el municipio de Santiago Teopanatlan, se mantiene la costumbre de colocar las ofrendas en petates amarillos, los cuales se sitúan en el suelo de las casas.

Son especiales debido al material utilizado y a su elaboración, que se lleva a cabo por artesanos del municipio. Los habitantes que se dedican al tejido de estas piezas empiezan por seleccionar las palmas amarillas, recogiéndolas en el monte. Luego las dejan secar y continúan con la creación de petates de diversos tamaños.

Posteriormente, los habitantes adquieren estos petates y colocan en ellos los alimentos que al difunto le gustaban en vida. Algunos de estos alimentos suelen ser chocolate, pescado robalo, mole, pipián, tamales de frijol, y bebidas como aguardiente y cerveza. En los altares dedicados a los niños, no pueden faltar los borreguitos de dulces.

Como en cualquier ofrenda, se incluyen flores de cempasúchil, agua bendita, sahumerios, velas y ceras. Otra costumbre en Teopantlan es lanzar cohetones al aire y repicar las campanas en la iglesia durante la noche del 28 de octubre, el 31 y el 01 de noviembre.

Además, como una hermosa tradición, los ahijados llevan mole a sus padrinos a sus hogares, y los padrinos, a su vez, les regalan chocolate y frutas de la ofrenda. Comparten y conviven, fortaleciendo así los lazos entre ellos. Por su parte, los mayordomos de los 7 barrios regalan fruta a los campaneros que estuvieron trabajando toda la noche.