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Deporte a Fondo | Un desastre llamado Puebla

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La columna de Antonio Abascal

Veintitrés goles en contra en nueve partidos para un promedio de 2.55 goles por encuentro, pero trece en los últimos cuatro reflejan el mal del Puebla de la Franja, un mal que no fue revisado al finalizar el torneo anterior ya que sólo en dos juegos de los que dirigió Ricardo Carbajal (Juárez y Tijuana) la defensa poblana pudo irse en cero en su casillero. Sin reforzar esa parcela se inició el actual Clausura 2024 y tras un inicio malo en resultados pero con sensaciones de potencial de mejora se ha dado paso a una caída libre en la que en cada partido se ofrece una peor imagen porque ni la salida del timonel pudo hacer reaccionar a un equipo que ha perdido todas sus señas de identidad y que comete pecados muy graves en la retaguardia dándole vida a todos sus rivales porque el San Luis llegaba con una mala racha de siete juegos sin ganar, con seis descalabros.

Ni siquiera el cambio de estratega, o la presencia de un hombre que hasta hace poco había sido compañero de varios pudo generar un cambio en el plantel ya que Fernando Aristeguieta cometió un error que se puede atribuir a su poco tiempo en los banquillos tras el retiro (dos meses en actividad, más uno en la pretemporada con la sub 23), quiso colocar a un equipo muy cercano a la idea que él tiene del futbol, sin atender a la forma en la que estaba su nuevo equipo, sin atender a los momentos de los jugadores. El venezolano quiso colocar a un equipo más rápido, con más dinámica en la cancha, para lo cual apostó por Miguel Sansores y el canterano Ángel Robles en la delantera, adelantó a Brayan Angulo al mediocampo, colocó a Daniel Álvarez como una especie de media punta, con Navarro y De Buen trabajando en la contención; para que Angulo fuera al mediocampo (la misma tentación en la que cayeron Eduardo Arce y Ricardo Carbajal en sus últimos partidos al frente de la Franja), el timonel interino apostó por el canterano Ivo Vázquez quien ha gozado de una muy buena temporada en la categoría sub 23 con su constante apoyo a la ofensiva y su buena pegada, para trabajar la lateral izquierda.

Aristeguieta no consideró que el jugador más parejo en la actual temporada ha sido Pablo González quien ha rendido mucho más que el capitán Diego de Buen, uno de los jugadores que más acusado la corta pretemporada (otro error de Carbajal) que realizó el equipo. Así que sin merecerlo, González Díaz regresó a la banca del Puebla cuando hay otros que por más que se equivoquen nunca han perdido el puesto como el propio De Buen o el central uruguayo Gastón Silva. Así con un equipo más ligero el Puebla saltó a la cancha para ofrecer un rato de control con la pelota pero muy alejado de la zona de peligro, poco a poco los locales se fueron sacudiendo sus miedos por la mala racha y se hicieron con la pelota aunque sin generar ocasiones en el marco de Iván Rodríguez, hasta que al minuto dieciséis Fernando Navarro encontró la roja de acuerdo con el criterio del joven silbante Vicente Jassiel Reynoso Arce.

La novatez del cuerpo técnico con Aristeguieta auxiliado por Diego Campos y Luis Miguel Noriega se dejó al ver al tardar en el ajuste necesario y cuando Daniel Aguilar parecía listo, Ivo Vázquez se vio muy inocente ante Vitinho quien con facilidad le robó el balón para enfilar hacia la portería, encaró a Gastón Silva quien fiel a su costumbre se entregó con facilidad y se vio mal, luego el brasileño fusiló a Iván Rodríguez. Un servidor no se explica porque Ivo Vázquez no es capaz dar el estirón en la Liga MX ya que en la categoría sub 23 muestra muchas condiciones, pero hay que admitir que cada vez que ha llegado al primer equipo ha fallado porque no sólo se trata de algún error, sino porque no ha sido capaz de enseñar las virtudes que atesora; su error fue de fundamentos porque al igual que Lucas de los Santos semanas atrás ante Pumas, tenía muchas opciones para resolver una jugada sin peligro para la franja y su mala toma de decisiones ocasionó un gol en contra, en este caso ante San Luis aderezado por otro ejemplo más de la falta de jerarquía de Gastón Silva.

Con el 1-0 a favor San Luis olió sangre, mientras que el Puebla era incapaz de reaccionar porque no había quién gritara, porque algunos trotaban en el césped como Diego de Buen, alguno intentaba como Sebastián Olmedo pero los rivales atacaban tanto que el paraguayo terminó viéndose mal ya que siempre debe estar al pendiente de su zona y de la de Gastón Silva. Así las jugadas de peligro se sucedían en el arco de Iván Rodríguez hasta que el francés Salles-Lamonge le ganó por velocidad a Gastón, Güemez lo lanzó y al entrar al área tuvo que recorrerla lateralmente para quitarse a Olmedo, a Ferrareis, cruzar su disparo que dejó sin opciones a Rodríguez y donde Silva ni siquiera fue capaz de hacer el esfuerzo de estirar la pierna para intentar salvar a su equipo. El partido estaba sentenciado pero los locales necesitaban soltarse para recuperar la confianza y para la segunda mitad Gustavo Leal mandó a Benjamín Galdames en lugar de un discreto Juan Sanabria.

El venezolano quiso sacudir el banquillo y ordenó tres cambios para iniciar el segundo tiempo: Robles dejó su lugar a Luis Arcadio García, Ivo a Daniel Aguilar (Brayan Angulo retrocedió a su posición habitual) y Barragán por Sansores, pero la imagen de impotencia fue la misma y otra vez en aras a la visión de juego de Aristeguieta (sin tomar en cuenta la forma actual de los jugadores) se fue injusto con Pablo González, el que mejor anda se quedó en la banca. San Luis atacaba y el Puebla era incapaz de hilar toques, por lo que al minuto 64, otra vez Javier Güemez tuvo tales libertades que hasta aguantó el choque con el árbitro para lanzar al marfileño Boli ya en el área poblana para dar un taconazo a la llegada de Galdames quien se dio el tiempo de controlar, ver a Rodríguez quien salió desesperado ya que fue el único del aparato defensivo que reaccionó mientras Olmedo, De Buen y Silva sólo observaban por lo que el joven hijo de Pablo Galdames tuvo tiempo de definir con exquisitez ante “la araña” para decretar el 3-0 en un gran gol al que sólo le faltó que los propios jugadores de la Franja que se quedaron observaron le aplaudieran.

González ingresó en lugar de Daniel Álvarez y por lo menos inyectó algo más de fuerza. Él fue quien gritó, incluso a Diego de Buen, él fue quien barrió en mediocampo para evitar alguna descolgada, él fue quien sacó un disparo peligroso que mandó a tiro de esquina el guardameta Andrés Sánchez, porque en ese segundo lapso el equipo visitante sólo se asomó por medio de ese disparo de Pablo y otro de Daniel Aguilar al que reaccionó bien el guardameta potosino. Sin embargo, el Atlético San Luis tuvo tiempo para anotar otro más a la cuenta en el primer gol en México del brasileño, Yan Philipe Oliveira Lemos, otra vez ante la pasividad de los defensores poblanos, primero de Olmedo y luego de Gastón Silva 

Llama la atención que al revisar los números del Puebla en las recientes temporadas, esas en donde se ha llegado a liguilla para demostrar que no todo se ha hecho mal en la Franja, hay datos dignos de destacar: En el Clausura 2021, la primera temporada de Nicolás Larcamón, el Puebla sólo recibió catorce goles en contra en diecisiete partidos y llegó a semifinales donde perdió ante el Santos de Guillermo Almada, en el Apertura 2021 recibió dieciséis y se quedó en cuartos de final, era un equipo que jugaba con tres centrales: Emanuel Gularte, Israel Reyes y Juan Pablo Segovia, que en promedio recibía menos de un gol por encuentro. En el Clausura 2022 fueron diecinueve goles en contra y aunque el promedio creció era aceptable con 1.1 por partido. Llegó el Apertura 2022 en el que ya se recibieron veintitrés ya con Gastón Silva en lugar de Segovia, esa fue la última campaña de Larcamón al frente del equipo, en el Clausura 2023 se recibieron treinta y dos y el equipo sólo alcanzó el repechaje. El torneo pasado se aceptaron veinticinco con el dato comentado de las únicas dos veces que logró dejar invicta su portería ante Juárez y Tijuana, sin olvidar que en la Leagues Cup el equipo fue goleado por Minnesota y empató a uno con Chicago, es decir, recibió cinco tantos en dos partidos, mientras que en el actual ya van veintitrés en contra en solo nueve partidos para ser la peor defensiva del torneo.

Estos datos demuestran que poco a poco la defensa del Puebla ha ido a la baja y la dirección deportiva no hizo algo para frenar la sangría, al contrario se dejó ir a Gularte y Reyes, además de otros elementos útiles como George Corral y sólo Sebastián Olmedo pareció dar una respuesta favorable aunque en un equipo que hace agua el paraguayo también se ha visto mal en los últimos partidos. Igualmente llama la atención que desde su llegada en el Apertura 2022, Gastón Silva sólo se ha perdido dos partidos y ambos fueron en ese torneo inicial donde jugó quince de diecisiete, luego apareció en todo el torneo Clausura 2023, todo el Apertura 2023, más los dos juegos de la Leagues Cup y lleva todo lo que el Puebla ha disputado en el Clausura 2024, lo que sí pone un foco rojo porque el uruguayo se equivoca un partido sí y el otro también y no hay poder humano que lo haga perder su sitio en el once, cuando otros al primer error se han ido a la banca o algunos otros, como el citado Pablo González, han regresado al banquillo a pesar de que estaban siendo de lo más rescatable.

Para colmo de males, el Puebla ya también comparte con los Bravos de Juárez el dudoso honor de tener la delantera menos productiva del Clausura 2024 con seis tantos a favor lo que demuestra que recurrir al “mercado de la nostalgia” con Cavallini y Ormeño no fue una buena idea, al tiempo que los delanteros que ya estaban como Martín Barragán, en una gran sequía, y Miguel Sansores, sólo un gol en quince encuentros en que ha vestido la playera camotera, tampoco han sido solución lo que es otra señal de lo mal que se planeó este torneo. Ahora bien, el aparato defensivo no funciona y la ofensiva tampoco porque el mediocampo se ha resquebrajado, la clave de la campaña pasada estuvo en el equilibrio que dieron Diego de Buen y Pablo González que eran inamovibles, esta temporada en la búsqueda de solucionar el hueco atrás, Carbajal intentó que De Buen regresara a la defensa central y sólo confundió al capitán, que hoy luce fuera de forma física (como varios de sus compañeros), desorientado y hasta desmotivado, mientras que González Díaz sí ha sido capaz de mantener el nivel, pero por decisiones tácticas en algunos partidos se ha ido a la banca. Si a eso le sumamos la irregularidad de Kevin Velasco o la de Ferrareis, así como la nula contribución de otros extranjeros como Carabajal y de los Santos tenemos la pintura completa: El Puebla es un desastre que ya tiene la peor diferencia de goles del actual torneo.

Hoy el Puebla es un equipo a la deriva, sin respuestas dentro y fuera de la cancha, confundido en todos los sectores de la institución: Un interino que en lugar de apretar tuercas quiso reflejar de inmediato su idea de juego, futbolistas lejos de su mejor forma física, algunos sabiéndose titulares siempre sin importar que tan mal lo hagan en el juego anterior y con una directiva que decidió cortar al director deportivo (Jorge González, de pésimo papel) en el momento que confirmó a un nuevo director de fuerzas básicas (que a lo largo de sus trabajos en México con Santos y Atlas ha cosechado malos comentarios), por lo que queda la duda: Albert Espigares fue decisión de Jorge González o directamente de Gabriel Saucedo, así como quién llegará primero el nuevo director técnico o el nuevo director deportivo porque si el estratega es anunciado antes quedará claro que no hay proyecto deportivo en la institución poblana.

Como tantas veces se ha escrito en los espacios de SICOM Deportes el futbol es un deporte colectivo, lo cual conviene recordar porque muchos medios nacionales lo han simplificado tanto que parece una historia de un héroe o villano. En este desastre llamado Puebla tienen responsabilidad la directiva, la que toma decisiones presupuestales, la que toma decisiones de planeación y armado, cuyo líder llamado Jorge González ya dejó la institución, los que toman decisiones directas en la cancha y administran a los jugadores, es decir los directores técnicos, la preparación física y los jugadores que son los que deciden en la cancha. Ninguna de estas partes se salva de la quema porque no es un tema de buenos o malos al interior de la directiva, por desgracia se trata de un mal trabajo generalizado.