Deporte A Fondo | Sin respuestas

La columna de Antonio Abascal

Tercera salida del Puebla de la Franja, tercera derrota a cuestas y tercer partido en que se va sin gol (Monterrey 0-2, Santos 0-3 y Pumas 0-3), el balance general del torneo es de un triunfo, un empate y cuatro descalabros, cinco goles a favor y trece en contra por lo que promedia menos de un gol a favor por juego y 2.16 goles en contra por duelo disputado. Así con esta radiografía numérica se demuestra la falta de equilibrio de la escuadra de Ricardo Carbajal (quien se va quedando sin respuestas) y lo peor es que el diagnóstico generalizado en cuerpo técnico y jugadores, por lo menos de cara a los medios y afición, es que el problema ha sido la falta de contundencia para reflejar en el marcador los buenos momentos del equipo, cuando la realidad es que la zona defensiva no ofrece garantías como lo demuestran esos trece goles en contra.

Existe otro aspecto que tras seis partidos celebrados ya marca una tendencia: Contra Monterrey se jugó mejor en el primer tiempo, lo mismo sucedió de forma marcada ante Necaxa, contra Toluca se dio un paso adelante en el sentido de mantener una misma imagen en cada tiempo, pero contra Santos volvió a suceder un mejor primer tiempo, al igual que contra Mazatlán (si bien ahí el partido loco permitió el regreso camotero para ganar aprovechando los errores del rival) y ayer ante Pumas se ofreció un primer tiempo cercano a la idea del timonel para después diluirse en el segundo lapso donde se salvó de un gol en los minutos iniciales y aunque fue capaz de alargar el duelo con el cero en su portería tampoco dio la misma sensación de dominio de un estilo. Si en al menos cinco de los seis juegos que se han disputado los primeros tiempos han sido mejores que los segundos ya podemos hablar de un factor repetitivo que tampoco se ha corregido.

La directiva del Puebla desperdició una gran oportunidad para verdaderamente potenciar al equipo tras el brillante relevo de Ricardo Carbajal quien rescató un torneo que amenazaba con ser muy malo y lo convirtió en uno donde no sólo se llegó a la liguilla sino que se logró sin necesitar del repechaje (pomposamente bautizado como play in), para lo cual se necesitaba un correcto análisis por parte del cuerpo técnico y de la dirección deportiva que encabeza Jorge González: Pese a los resultados positivos, este equipo requería de reforzar la parcela defensiva ya que los laterales son muy ofensivos, se cuenta con un central que apunta buenas maneras y ya ha dejado patente su calidad como Sebastián Olmedo pero que es joven y como tal necesita de un líder que lo guíe, mientras que el central de experiencia, Gastón Silva es proclive a las distracciones y no ofrece seguridad, sin embargo, la lectura fue contraria y se le dio un voto de confianza al uruguayo sin que al menos llegara alguien para fomentar la competencia interna, de la misma manera, tal parece que todo se centró en llenar el hecho que dejó Guillermo Martínez para lo cual se apostó por dos viejos conocidos, queridos por la afición, en horas bajas y que prácticamente llegaron libres, sin olvidar la contratación de Fernando Navarro un jugador plurifuncional pero que en el mediocampo puede ofrecer más calidad para elaborar los ataques; es decir lejos de reforzar la defensa, la lectura fue buscar más variantes a la ofensiva.

Para completar el panorama de este torneo el Puebla mantuvo sus apuestas de jugadores extranjeros que llegaron tarde el torneo anterior y prácticamente no fueron factor en el Apertura 2023 (salvo el pase de Horacio Carabajal para Sansores en el gol contra León) y esperó literalmente hasta el último minuto para el cierre de registros a Facundo Waller quien no se pudo recuperar a tiempo, lo que sin duda es una muestra más de la manera de administrar el futbol mexicano en general: Muchas oportunidades a los jugadores extranjeros, y si bien Carabajal empieza a tener regularidad y regalar destellos sigue siendo muy poco si atendemos a la esencia de contar con un jugador foráneo: Elevar la calidad del equipo; mientras que Lucas de los Santos había salido a la banca en los primeros cuatro partidos sin ser tomado en cuenta, ingresó en la recta final del juego contra Mazatlán donde participó en el gol del triunfo al abrir el balón a Kevin Velasco y ayer ante Pumas ingresó al minuto 75 por Fernando Navarro (para cuidar el resultado), pero en su primera acción en lugar de despejar quiso ceder atrás y su toque fue displicente y por tanto corto lo que aprovechó Alí Ávilá para quitarse a Iván Rodríguez y fusilar. A partir de ese momento el mundo se le vino encima al Puebla que en lugar de reaccionar volvió a las distracciones de los centrales en el segundo gol y ya expuesto al contragolpe aceptó la ley del ex cuando Guillermo Martínez hasta se dio el lujo de hacer val a Gastón Silva tras recortarlo en el área.

Hoy Ricardo Carbajal empieza a ser señalado por los resultados, la flaca memoria, la instantaneidad en la que vivimos y fomentan los torneos cortos genera que en algunos sectores se pida la salida del timonel y aunque cabe subrayar que el ex jugador de Cruz Azul, Atlante y Monterrey no ha acertado en el diagnóstico (para lo cual también cuenta con un nutrido cuerpo técnico) y aceptó quedarse con la defensa del torneo anterior, hay otros factores que inciden en este flojo inicio.   

Jorge González llegó al Puebla como director deportivo en diciembre de 2021, y si bien él es un empleado que trabaja con un modelo de club y de negocio, es decir, con un presupuesto, se puede hacer la comparación de lo que había en la Franja y lo que hay en este momento. Cuando llegó  estaban jugadores como Antony Silva, Israel Reyes, George Corral, Juan Pablo Segovia (¡cómo se extraña el argentino porque Gastón Silva no ha podido llenar el hueco!), Emanuel Gularte, Maxi Araújo, Pablo Parra, Guillermo Martínez, Lucas Maia, Jordi Cortizo, Kevin Ramírez, Fernando Aristeguieta, Guillermo Martínez y Raúl Castillo, entre otros, de los cuales ninguno sigue en la institución. En esa plantilla ya estaban Ivo Vázquez, Daniel Aguilar, Diego de Buen, Gustavo Ferrareis, Martín Barragán, Alberto Herrera, Diego Zago y Ángel Robles quienes siguen en el equipo.

Queda claro que hay un modelo de negocio y que en el Puebla, por definición de su dueño, no se invertirá mucho para reforzar a la escuadra, lo cual es válido porque es él quien está arriesgando su capital en el futbol. Pero cuando no tienes un presupuesto boyante se necesita inteligencia para hacer rendir cada peso y eso ya se había logrado en el equipo de la Franja y para muestra los nombres que acabamos de enunciar como Silva, Reyes, Gularte, Araújo y Cortizo entre otros. La realidad del equipo de la Franja es la de un presupuesto limitado por lo que esos jugadores tarde o temprano se iban a ir, lo que nos lleva a la forma en la que se han cubierto esas bajas.

Desde que Jorge González llegó al frente de la parcela deportiva han llegado jugadores como Fernando Arce, Carlos Baltazar, Facundo Waller, se dieron los regresos de Daniel Álvarez, Omar Fernández y Pablo González, así como los de Lucas Cavallini y Santiago Ormeño para esta temporada. Llegaron como refuerzos Luis Arcadio García, Kevin Velasco, Horacio Gabriel Carabajal, Lucas de los Santos, Sebastián Olmedo, Gastón Silva, Fernando Navarro, Miguel Sansores y Federico Mancuello. Igualmente queda claro que han existido los aciertos con Mancuello, mientras que los de Olmedo y Navarro van camino a ser redituables, pero Fernando Arce ya no está en el equipo, Waller no ha podido ser factor por sus constantes lesiones, Álvarez y González han retomado nivel y han sido importantes para Ricardo Carbajal, mientras que francamente han fallado Carlos Baltazar, Luis Arcadio García (ayer ante la ausencia por suspensión de Ferrareis, Carbajal prefirió darle minutos a un canterano como Patrick Villa, lo cual es una buena noticia), Miguel Sansores, Gastón Silva, otros como Kevin Velasco están en proceso de consolidación ya que el colombiano ofrece muy buenos minutos y luego se diluye en los partidos, Carabajal sólo ha dado chispazos, mientras que a Lucas de los Santos ahora se le recordará más por su error ante Pumas ya que ha sido un jugador habitual en la banca pero no ha tenido continuidad.

El balance entre los aciertos y los que han quedado a deber es desfavorable para la actual dirección deportiva porque más allá del modelo institucional, las bajas no se han cubierto con la misma calidad, sin dejar pasar que en algunos de los casos resulta poco entendible las constantes oportunidades que se le han brindado a futbolistas como Luis Arcadio García, Carlos Baltazar o Gastón Silva por hablar de los que llevan más tiempo en la institución, sin olvidar que también se dio la apuesta de Eduardo Arce en la dirección técnica aunque su continuidad y el seguirle todas sus peticiones fue una decisión que cargó Ricardo Zayas quien ya no sigue en el organigrama. De tal forma hay que señalar que así como Carbajal se está quedando sin respuestas ante la falta de equilibrio del equipo lo cual ha quedado patente en el regreso de Diego de Buen a la defensa central para armar la línea de tres con Silva y Olmedo, la dirección deportiva ha sido incapaz de llenar los huecos a través del trabajo de la ahora llamada inteligencia deportiva.

A estas alturas poco se puede hacer porque la plantilla ya está cerrada, pero la falta de un defensa central de garantías está condenando al equipo de la Franja ya que el cuerpo técnico prueba, busca soluciones, pero no las encuentra demasiado ocupado de dar ritmo a sus delanteros ilustres para la Franja, lo que nos lleva a otra situación que rodea al equipo: La percepción. Durante los últimos años la afición se ha quejado mucho de la desbandada que torneo tras torneo sufre el equipo, pero justamente de cara al Clausura 2024 cuando se dejó ir una sola pieza (aunque fue el goleador del equipo), las protestas aminoraron cuando se anunció a Ormeño y Cavallini, en lo mediático, en la percepción la medida de acudir al mercado de la nostalgia funcionó porque todos nos quedamos con la idea de que ambos fueron productivos con la Franja y pueden volver a serlo, cuando su realidad es que vienen no de temporadas flojas, sino de años alejados de ese protagonismo que adquirieron en su primera etapa poblana. Así, el cuerpo técnico tiene que solucionar la falta de ritmo y de confianza de sus delanteros (porque los dos que estaban tampoco han sido la solución) y al mismo tiempo batallan con una defensa central proclive a las distracciones.

El panorama no pinta bien porque con esta plantilla habrá que lidiar hasta el final del actual torneo, pero se agrava porque el cuerpo técnico no encuentra respuestas y en su búsqueda ha empezado a cambiar mecanismos que habían dado resultado el torneo anterior, sin olvidar la roja de ayer de Brayan Angulo quien se fue por reclamar al árbitro y al menos se perderá el partido del próximo sábado en Ciudad Juárez, si uno de los jugadores más experimentados y que da la cara como Angulo perdió la cabeza puede ser otro indicativo peligroso ya que ante la falta de respuestas los jugadores pueden empezar a desesperarse.