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Andando a Pie – Hagamos que nuestro tiempo valga

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La columna de Andrea Casco

Dicen que son afortunados aquellos y aquellas quienes no miden el tiempo, es decir, la vida avanza sin preocupaciones. Sin embargo, desde las 00:25 horas del miércoles 25 de octubre, las familias de Acapulco cuentan cada minuto, tras el paso del huracán Otis, de categoría 5. 

Desde entonces, se nos van las horas viendo y escuchando noticiarios, redes sociales, notas periodísticas y columnas que nos muestran el resultado de una gran destrucción de la infraestructura de la ciudad, uno de los destinos turísticos por excelencia en México, en donde viven casi un millón de personas. 

Como ocurre en todos los casos de emergencia de nuestro país, la solidaridad está presente. Las buenas acciones en beneficio de las y los afectados de Guerrero tras el paso del huracán continúan, voluntarios y voluntarias de diversas parroquias de la Arquidiócesis de Puebla, se dieron cita en las instalaciones de Cáritas, para armar despensas. 

Fue ahí donde una madre de familia de alrededor de 35 años acudió con sus dos hijas de ocho y 10 años, me dijo: – “No he cooperado con dinero o con víveres, pero apoyo con mi tiempo, hoy descansé y mis hijas no tuvieron clases, así que les dije que vendríamos para poner nuestro granito de arena, estamos predicando con el ejemplo”.

Otro caso, es el de una persona de la tercera edad quien viajó  del municipio Amozoc a las mismas instalaciones ubicadas en el Barrio de Santiago en Puebla, junto con dos amigas del mismo rango de edad (68 -76 años) para separar los víveres y ayudar en lo que fuera necesario. 

Cáritas Puebla, está por completar su cuarta entrega de víveres y ropa que también es una necesidad para la gente que lo perdió todo.

La primera entrega: 

Viernes 3 de noviembre

Segunda entrega:

Lunes 13 de noviembre

Tercera entrega:

Miércoles 15 de noviembre

Cuarta entrega: 

21 de noviembre

“El tiempo es oro” y más cuando logramos hacer que valga la pena, que las horas tengan sentido, sobre todo si se trata de ayudar a quienes más lo necesitan quienes sumergidos en la devastación sienten que las manecillas del reloj no avanzan.