La columna de Adan Morales
Con el Domingo de Ramos inicia la Semana Santa un rito que conmemora la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén, momento en que la multitud lo recibió como mesías alabándolo con palmas y ramos de olivo.
Este acto de fe lleva a Consuelo Hernández oriunda del municipio de Chapulco a no dejar morir una herencia familiar, la elaboración de artesanías de palma.
Chapulco se localiza en el valle de Tehuacán una zona rica en pata de elefante o sotolín, materia prima para tejer copas, estrellas, crucifijos y una gran variedad de vistosos artículos que coronarán durante esta semana los altares en los hogares poblanos.
“Mientras vivamos vamos a seguir adelante porque es una tradición que nuestros padres nos heredaron y también por nuestra religión que es la católica, lo hacemos con gusto”.
Consuelo que tiene un pequeño taller en su modesta vivienda que está llena de tradición porque año con año se prepara con todos los materiales para no dejar de tejer por varias semanas, habilidad que ya transmitió a hijos y nietos.
La venta comenzó desde el primer viernes de cuaresma. Sin embargo, en estos días la mercancía tomará ruta a otras entidades de la República Mexicana, porque Puebla se convirtió en los últimos años en un referente por la elaboración de la artesanía que se teje con dedicación, esfuerzo y sacrificio.
Con una población de más de 6 mil 900 habitantes, la artesanía de palma en Chapulco es el sustento para varias familias a pesar de la introducción de productos de importación y plástico, sin dejar de lado la sequía que afecta al campo poblano lo que reduce la cantidad de materia prima.
“La verdad es que la hemos pasado un poco mal porque la gente luego ya no quiere comprar nuestra artesanía y la hemos tenido que bajar de precio, pero aún así nos animamos para seguir adelante”, subrayó.
La tradición católica dicta que una palma bendita aleja al mal y más si se coloca detrás de una puerta, es una especie de protección contra las malas obras.
Estrellas, cruces, crucifijos, frutas y cáliz adornan los altares que recuerdan los pasajes de la vida, pasión y muerte de Jesús, figuras que también realiza Consuelo.
“Pues que nos hagan el gastito con una estrellita que la vendemos en 15 pesos o una crucecita que se le pone su estampita igual en 15 pesos, acotó Consuelo.
EL DATO EXTRA
La Semana Santa es un periodo de reflexión para los cristianos y católicos, pero es cuando la artesanía poblana también es enaltecida y valorada en el resto del país por la habilidad y dedicación de nuestros artesanos que se esfuerzan en cada temporada para crear obras únicas como las de Consuelo. Sin duda, es una oportunidad para valorar nuestro legado cultural, así es que no dude en adquirir una artesanía “sin regateo” porque también es soporte para los pueblos originarios.
