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Andando a Pie | En equipo somos más fuertes

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La columna de Andrea del Pilar Casco Meneses 

Recientemente conocí a las y  los 15 integrantes de la cooperativa “Valle del Iztapopo” de Santa María Atexcac, Junta Auxiliar del municipio de Huejotzingo quienes se preparan para su mejor temporada. 

Se trata de la cuna del tejocote, la fruta especial de los últimos tres meses del año, octubre, noviembre y diciembre, su sabor sumado al uso tradicional lo hace tan especial para nuestras ofrendas y la época decembrinas, la localidad logró que la producción en 2022 fuera de más de 5 mil toneladas.

Sin embargo, esta fruta que se da a las faldas del volcán Popocatépetl  dejó de ser sólo un elemento del exquisito ponche y de mal venderse únicamente en cubetas a pie de carretera, digo malvenderse por lo mal pagado, 2 cubetas de 20 litros eran compradas hasta en 20 o 30 pesos, actualmente se elabora y se comercializa licor, ate, mermelada, almíbar, néctar y pulpa a base de tejocote. 

Fue hace casi 2 años cuando 7 mujeres dedicadas a las labores del hogar y 8 varones, quienes se emplean en el campo, fueron los encargados de darle un valor agregado a la fruta que trabajan y cultivan desde pequeños por herencia de sus padres. 

Rocío, Elba, Virginia, Abigail, Angelina, Antonia, Berenice, Eloy, Rigo, Javier, Felipe, Silvestre, Daniel, Félix y Adrián, formaron la primera cooperativa que trabajaría el tejocote de una manera diferente, el más chico de 23 y el más grande de 64 años, la edad importa poco si hablamos de su completa disposición. 

Cuando los conocí me sorprendí, trabajaban en diferentes tareas, todos perfectamente organizados, recolectaban, limpiaban, lavaban, hervían, algunos más se turnaban para cucharear, otros, envasaban y empaquetaban. No hay tarea pequeña, aunque aseguran, lo más importante es saber escoger cada ejemplar de la fruta.

Gracias a su continúa capacitación y al apoyo de la Secretaría de Desarrollo Rural lograron consolidar su marca Orgullo Puebla “Atexfrut”, los productos oscilan desde los 20 a los 230 pesos. 

Pero ¿Cómo lograron hacer de este sueño un proyecto exitoso? Berenice, la más sociable del grupo, me comentaba entre platicas del entusiasmo que cada uno entrega en diferentes momentos, se turnan para trabajar en 2 horarios, se labora toda la semana, no hay momentos para descanso. 

Seguramente usted como yo a estas alturas se preguntarán qué ocurre con las ganancias, o cómo las reparten entre tantos, eso para ellos y ellas no es lo más importante, es lograr dar a conocer su marca, comercializar en cada momento, acuden a cada feria, a cada exposición y a cada evento al que se les invite. 

Fueron capaces de reconocer quién podía liderar el grupo, quién estaba mejor preparado y lo hicieron su representante.

El acuerdo es no sólo cooperar con su trabajo sino también contribuir con la cosecha que dan los árboles de sus tierras para poder elaborar todos los productos, situación que de manera individual no hubieran podido lograr, por eso es por lo que en equipo son más fuertes. 

Ellos ganan cada vez que la gente reconoce su ardua labor, cada vez que reconocen su esfuerzo, cada vez que el tejocote es reconocido como una fruta potencial y nosotros ganamos cada vez que un proyecto es un claro ejemplo de cómo en conjunto y unidos somos más resistentes, que cuando realizamos el reconocimiento a nuestros semejantes, ellos podrán reconocernos, quizá el secreto esté en saber escoger a los mejores ejemplares tal y como ocurre con el tejocote.