El Gobierno ha desplegado helicópteros del ejército para las operaciones de búsqueda y rescate, además de enviar personal médico adicional a los hospitales regionales y de campaña.
Sicom Noticias
Se registró devastador terremoto que azotó el oeste del país, dejando un trágico saldo de más de 150 personas fallecidas y cientos de heridos.
El fuerte sismo, de 6,4 grados en la escala de Richter, sacudió los distritos rurales de Rukum Occidental y Jajarkot poco antes de la medianoche del viernes (hora local), atrapando a muchas familias bajo los escombros de sus hogares, la mayoría construidos con adobe.
Se han registrado varias réplicas desde entonces, y el temblor también se sintió en la capital, Katmandú, ubicada a unos 510 kilómetros de distancia.
La respuesta de la ONU se centra en proporcionar ayuda médica, respuesta traumatológica, búsqueda y rescate, y la evacuación de las personas afectadas a lugares seguros.
Además, se destaca la necesidad crítica de ropa de abrigo, refugio, atención sanitaria y alimentos, especialmente ante la inminente llegada del invierno.
Según la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA), el acceso a Jajarkot está obstaculizado por los corrimientos de tierra provocados por el terremoto, y se están realizando esfuerzos para reabrir la carretera. Hasta el momento, la mayoría de los daños se han registrado en Jajarkot y Rukum Occidental.
El Gobierno ha desplegado helicópteros del ejército para las operaciones de búsqueda y rescate, además de enviar personal médico adicional a los hospitales regionales y de campaña.
Los organismos de la ONU han intensificado su respuesta, con el Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF) desplegando equipos de socorro y suministros humanitarios, como mantas y lonas impermeables.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) también está movilizando una respuesta, y el Centro de Satélites de la ONU (UNOSAT) ha sido activado para llevar a cabo una evaluación remota de los daños mediante el análisis de imágenes por satélite.
Este terremoto es el mayor que ha afectado a Nepal desde el devastador sismo de 7,3 grados de magnitud en 2015, y es el último de una serie de seísmos que han sacudido el oeste de Nepal en el último año.
La agencia de asuntos humanitarios advierte que el impacto de este último terremoto agrava aún más las dificultades y vulnerabilidades de las comunidades que todavía se están recuperando de choques anteriores, especialmente en áreas con bajos indicadores socioeconómicos y recursos de afrontamiento limitados.
