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Youssef Msakni se perdió Rusia 2018 por lesión, pero busca su revancha en Qatar 2022

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Aunque Msakni no pudo jugar en Rusia, viajó igualmente para animar a sus compañeros. Allí, Túnez ganó el segundo partido mundialista de su historia, después del triunfo cosechado en Argentina 1978.

Redacción

Youssef Msakni, capitán de la selección de Túnez, demostró su compromiso y calidad con la tripleta que le marcó a Guinea a domicilio en la fase de clasificación para la Copa Mundial de la FIFA 2018™.

Aquella victoria no solo sirvió para que las Águilas de Cartago sellaran su billete para el torneo de Rusia, sino que además dio una gran alegría a todo su país, ausente de la cita mundialista desde Alemania 2006. Pero la suerte que le había sonreído en África Occidental le dio la espalda en el peor momento posible: una grave lesión de rodilla a siete semanas de que arrancara Rusia 2018 le impidió disputar el Mundial.

Y, aunque Msakni no pudo jugar en Rusia, viajó igualmente para animar a sus compañeros. Allí, Túnez ganó el segundo partido mundialista de su historia, después del triunfo cosechado en Argentina 1978.

“Es muy duro perderse un Mundial y no poder defender los colores de tu país cuando estás a apenas unas semanas del evento deportivo más importante del planeta”, afirma Msakni en su entrevista exclusiva con FIFA.com.

“Es algo que puede afectar profundamente a un jugador sin un carácter fuerte, pero, gracias a Dios, yo acepté la situación y me dije a mí mismo que, a la siguiente, lo conseguiría”, dijo.

Vivir el ambiente mundialista

Con su promesa, Msakni destaca que tanto él como su selección se esforzarán al máximo por repetir la gesta cuando empiecen los clasificatorios africanos para la Copa Mundial de la FIFA Catar 2022. ¿Puede haber una motivación mayor para el capitán que el hecho de llevar jugando desde 2013 en la liga catarí con el Al-Duhail y haber asistido al nacimiento de los modernos estadios que albergarán el torneo?

“Efectivamente. Dentro de poco cumpliré siete años en Catar. Llegué aquí en 2013, tres años después de que el país consiguiera los derechos para organizar la edición de 2022. Desde entonces, la construcción de los estadios no ha cesado. Ha sido magnífico. Eso sí, cuando empezamos a jugar en las canchas que albergarán los partidos del Mundial, mi motivación para guiar a mi selección a que se clasifique y compita aquí creció aún más. Es ilusionante poder jugar en estos recintos, que son lujosos y están a la altura de los mejores estadios del mundo. Generan el entorno perfecto para que los jugadores rindan al máximo. Les transmitiré estas sensaciones a mis compañeros para motivarlos y para que compitamos a tope en los clasificatorios africanos y así poder estar en Catar 2022”, dijo.

La selección tunecina está encuadrada en el Grupo B junto con Zambia, Mauritania y Guinea Ecuatorial. Las Águilas de Cartago tienen más experiencia que sus rivales y son la segunda selección africana mejor situada en la Clasificación Mundial FIFA/Coca-Cola, 61 puestos por delante de Zambia, la siguiente componente del grupo en el ranking (88.ª).

En cualquier caso, Msakni considera que la diferencia no es tan grande: “El fútbol africano ha cambiado en los últimos cinco años. Ya no hay diferencias técnicas entre la mayoría de las selecciones. Sabemos que debemos respetar a todas y afrontar cada partido como si fuera una final. Tenemos que sumar puntos y clasificarnos. No hay margen de error esta vez”.

La experiencia en África

Tras recuperarse de su lesión, Msakni retomó su papel de líder del combinado nacional en la Copa Africana de Naciones 2019, celebrada en Egipto. Túnez empató los tres encuentros de la fase de grupos, lo que puso en peligro sus posibilidades de alcanzar los octavos de final, algo que acabó consiguiendo como segunda del Grupo E.

Sin embargo, en las eliminatorias, Msakni y los suyos se mostraron como un equipo distinto: vencieron primero 5-4 a Ghana en penales —después de que el partido terminara con empate a uno— y, posteriormente, derrotaron 3-0 a Madagascar en cuartos de final. Túnez plantó cara a Senegal en una semifinal muy igualada, pero acabó perdiendo por un solo gol de diferencia en la prórroga.

“Sí, aprendimos varias lecciones de aquella aventura. Los jugadores aprendemos tanto de las victorias como de las derrotas. Siempre hay una oportunidad de aprender, de quedarse con los aspectos positivos y evitar los negativos. La afición tunecina no estaba contenta con nuestro rendimiento, pero nos clasificamos para los cruces, donde demostramos nuestra capacidad de competir y de ganar en un tipo de torneo en el que los pequeños detalles pueden ser decisivos”, añade al respecto.