No solo afectó a la capital, sino también a diversas comunidades en el estado de Guerrero, incluyendo San Marcos, Chilpancingo, Chilapa, Huamuxtitlán, Ayutla y Tuxtla.
Con información de SkyAlert
El 28 de julio de 1957, un fuerte terremoto conocido como el “Sismo del Ángel” golpeó la Ciudad de México y sus alrededores, dejando 160 personas fallecidas y graves daños materiales. El epicentro se localizó a 47 kilómetros al noreste de San Marcos, Guerrero, y tuvo una magnitud de 7.8, según el Servicio Sismológico Nacional.
Uno de los iconos más afectados fue la estatua de la Victoria Alada en Paseo de la Reforma, la cual cayó debido a la intensidad del temblor. Además, se registró el desplome de un edificio de departamentos en la esquina de las calles Frontera y Álvaro Obregón, debido a deficiencias en la construcción, causando 33 víctimas mortales.
La Ciudad de México sufrió 39 muertes, mientras que aproximadamente mil edificios resultaron dañados con caída de bardas y grietas en sus estructuras. Instituciones educativas y edificaciones icónicas como la Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura del IPN, así como propiedades de figuras famosas como el actor Cantinflas, también sufrieron graves daños.
El sismo no solo afectó a la capital, sino también a diversas comunidades en el estado de Guerrero, incluyendo San Marcos, Chilpancingo, Chilapa, Huamuxtitlán, Ayutla y Tuxtla. Los daños económicos a nivel nacional alcanzaron los 25 millones de dólares.
A pesar de la devastación, la ciudad se recuperó y la Victoria Alada fue restaurada en un proceso que tomó 14 meses. Desde entonces, el emblemático monumento ha sido testigo de otros sismos, incluidos los desastres de 1985 y 2017, y ha sido un símbolo de la solidaridad y prevención ante los peligros naturales que enfrenta México.
