Comparado con la población general, los reclusos tienen además una carga mucho más alta de comorbilidades, incluyendo enfermedades no transmisibles, que aumentan las posibilidades de que enfermen de gravedad.
Redacción
La Organización Mundial de la Salud ha pedido a los gobiernos europeos que incluyan a los presos en los planes de vacunación del COVID-19.
Estudios recientes muestran que el riesgo de transmisión del coronavirus es más alto en las prisiones, donde se acumulan muchas personas en poco espacio y tienen acceso limitado a pruebas y equipos de protección.
Comparado con la población general, los reclusos tienen además una carga mucho más alta de comorbilidades, incluyendo enfermedades no transmisibles, que aumentan las posibilidades de que enfermen de gravedad.
La OMS dice que no todos los países están incluyendo a los presos y los trabajadores de estos centros en los programas de vacunación.
“La diversidad de criterios adoptada por los países pone en riesgo la igualdad de protección de la salud. Es esencial comprender que la pérdida de la libertad no debe conducir a la pérdida de la salud”, dijo el director de la División de Programas de Salud de los Países de la OMS para Europa, Nino Berdzuli.
