En su artículo, publicado en la gaceta electrónica Piso 9 del Cenidiap refiere el trabajo de documentación de piezas que son poco conocidas.
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En el Centro Histórico de la Ciudad de México hay murales que fueron creados por Diego Rivera, José Clemente Orozco, David Alfaro Siqueiros, Fernando Leal, Jean Charlot, Ramón Alva de la Canal y Fermín Revueltas, “sin duda de los más visitados por los paseantes que se acercan al primer cuadro de la metrópoli”, señaló Laura González Matute, especialista del Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información de Artes Plásticas (Cenidiap) del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal).
Sin embargo, “hay muchos otros, ubicados a metros de distancia, que merecen reconocimiento por su valor artístico, pero han sido invisibilizados”, dijo.
En el contexto de su artículo: Murales invisibilizados. Un recorrido sorprendente por la Ciudad de México, publicado en la gaceta Piso 9, en su edición de junio, la investigadora refiere textos del libro Imágenes escondidas. Rutas de Murales en el Centro Histórico de la Ciudad de México, coordinado por Ana Torres Arroyo y editado por la Universidad Iberoamericana en 2022, del cual reseña 20 ensayos sobre murales específicos ubicados en la capital del país.
Con esta obra, comentó la experta del Cenidiap, institución perteneciente al Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura y a la Subdirección General de Educación e Investigación Artísticas (Sgeia), se contemplan 20 murales instalados en igual número de edificios, ubicados a metros de distancia de las piezas de los artistas ya mencionados.
“Se han invisibilizado porque existe en México un concepto de que hay tres grandes muralistas, y el resto se quedan en segundo plano”, acotó.
“Me impactó el mural El abrazo ausente (2012), del colectivo Lapiztola, ubicado en el Museo Casa de la Memoria Indómita, logrado con técnica del esténcil, pues sensibiliza el tema de las desapariciones forzadas y feminicidios”, agregó.
González Matute destacó los ensayos de Dina Comisarenco y Guillermina Guadarrama, también investigadoras del Inbal, y señaló que uno de los desafíos para rescatar y visibilizar estos murales son las fuentes de referencia, pues se debe documentar con cautela.
