Para Melina Reynoso, acudir a ver a la Virgen fue por la salud de su hijo; la mujer afirmó que todo lo que le pide se lo concede.
FUENTE: Once Noticias | FOTO: Captura Twitter: @ArquidiocesisMx
Desde que la Guadalupana bajó al Tepeyac, el cerro elegido como altar, para el mexicano ser guadalupano es algo esencial, dice la canción popular que de generación en generación entonan los creyentes católicos que cada 12 de diciembre festejan a la Virgen de Guadalupe.
Miles de fieles llegaron hasta el Recinto Mariano con sus familias, su comunidad, sus amigos, en bicicleta, auto, camión, caminando o de rodillas, algunos para pedir el cuidado y protección. Otros, para cumplir la palabra empeñada.
“Tiene ocho años mi hijo y gracias a dios y a la virgencita me lo dejó aquí. Ese es el milagro. Nació de ocho meses mi hijo y ya no me daban esperanzas. Le pedí a la Virgen que me diera fuerzas, que le ayudaras mi hijo”, comentó Sergio de la Rosa, peregrino.
Pese al dolor, la fe paras los y las peregrinas va por delante.
“Fue muy complicado y pues le vengo a dar gracias porque todo salió bien. Eran muchas amenazas de aborto las que tenía mi señora y pues yo cumplí por mi niño y aquí estoy. Sí duele, pero ni modo yo lo cumplí y lo tengo que hacer”, mencionó Ricardo Soriano, peregrino.
Para Melina Reynoso, acudir a ver a la Virgen fue por la salud de su hijo; la mujer afirmó que todo lo que le pide se lo concede.
Así, entre cantos, oraciones y porras, la Basílica recibió a millones.
