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México participa en Tratado de Alta Mar para proteger ecosistema en zonas sin jurisdicción nacional

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El tratado es un instrumento vinculante que busca proteger el 30% del océano y su biodiversidad marina mediante la creación de áreas marinas protegidas.

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Reconociendo el principio de patrimonio común de la humanidad, este fin de semana se acordó en Naciones Unidas un nuevo tratado para la conservación y uso sostenible de la Diversidad Biológica Marina en zonas situadas fuera de la jurisdicción Nacional (BBNJ por sus siglas en inglés). México participó en las negociaciones privilegiando la visión ambiental sobre la necesidad de proteger y conservar los ecosistemas que se encuentran potencialmente en riesgo por el cambio climático u otras actividades humanas en aguas internacionales como el tránsito marítimo, la minería submarina o la sobrepesca.  

El nuevo “Tratado de Alta Mar” es un instrumento vinculante dentro de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar que tiene como principales objetivos el conservar, proteger y recuperar la biodiversidad marina mediante la creación de áreas marinas protegidas que abarquen por lo menos el 30% del océano para 2030, además de establecer un mecanismo que permita el reparto justo y equitativo de los recursos genéticos marinos, así como sus beneficios entre todos los países.

El nuevo acuerdo está alineado con los compromisos internacionales que ha refrendado México durante la COP27 de Cambio Climático (UNFCCC) en Egipto, la COP15 sobre Diversidad Biológica (CBD) en Montreal, así como la política ambiental nacional que busca promover Soluciones Basadas en la Naturaleza para proteger, conservar y restaurar los ecosistemas mediante la creación de nuevas Áreas Naturales Protegidas, siendo las comunidades quienes se vean beneficiadas de la conservación de los recursos naturales que son patrimonio común.

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Este nuevo tratado, que en breve deberá ser ratificado formalmente por nuestro país, sienta las bases para resaltar el riesgo de los impactos ambientales acumulativos en el océano como ecosistema interconectado, la importancia de promover el principio precautorio y la necesidad de información científica mediante evaluaciones de impacto ambiental antes de iniciar cualquier actividad de explotación en alta mar como lo es la minería submarina.

El sector ambiental seguirá acompañando las negociaciones reconociendo que la conservación de la biodiversidad marina es fundamental para cuidar y proteger el patrimonio común de la humanidad.