Las pinturas de esta serie no cuentan anécdotas específicas, sino escenas metafóricas de asuntos típicos. En este caso de la necesidad de irse por todos los medios hallados.
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La Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal), a través del Salón de la Plástica Mexicana, anuncian últimos días de la exposición: Lejos, los pasos, de Rosa María Alfonseca y Óscar Robles, la cual aborda el tema de la migración.
La migración a veces aparece por supervivencia, por buscar una mejor calidad de vida, por el impulso de una aventura o descubrimiento de alguna ilusión con una carga gozosa, sin embargo, la migración forzada siempre es acompañada de penalidades, incluidas las despiadadas resistencias de las realidades sociales.
Los involucrados imaginan que emprendido el camino terminarán el hambre, la inseguridad o la guerra, dejando atrás a los seres queridos, la tierra que se ama, buscando adelante otros mundos, otras realidades con una carga poderosa de esperanza; no se deja esperar la duda o diversas hostilidades.
Así, el viaje del migrante representa un momento de gran movimiento transformador. La serie de pinturas de la muestra: Lejos, los pasos, de Rosa María Alfonseca y Óscar Robles, apuntan hacia ese momento de aguda incertidumbre, retratan metafóricamente el origen, el caos, las aventuras, los peores peligros, todo reunido en una muestra llena de sentires contradictorios. Detrás de la intención plástica existe la urgente preocupación por la dignidad de los migrantes del mundo.
Rosa María Alfonseca desde 1993 es miembro del Salón de la Plástica Mexicana, egresó de la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda. Ha participado en diversas exposiciones, tanto colectivas como individuales en México y el extranjero.
Se ha desarrollado principalmente en la gráfica, sin embargo, hace años que ha invertido en la pintura, en la que ha incursionado con técnicas que dan vida a sus preocupaciones en el ámbito social. Actualmente se desempeña como docente en el Instituto de Educación Media Superior en donde imparte clases de Artes Plásticas desde 2002.
Alfonseca nos comparte su sentir al expresarse en su obra: La bestia 1 y 2. “Los vi pasar de madrugada en los techos de los vagones, parecían muy contentos, pues saludaban a todos los que con la mirada atónita éramos testigos de su marcha, de repente como salidos de la nada, hombres y mujeres se acercaban a ofrecer comida y bebida, apenas si podían alcanzarles, porque la bestia no se detiene, con suerte aminora la velocidad.
“Envueltos en la bruma de la mañana y los vapores del tren, se esfumaron, solo va quedando el eco como un susurro del pitido que se fue apagando despacio”, dijo.
Su invitado especial Óscar Robles es fundador y codirector del espacio de arte independiente Taller Galería El Gabinete. Su obra se ha desarrollado principalmente en pintura y escultura cerámica.
Robles explicó sobre su pieza denominada: ¡Ay, qué bonito es volar! (2021), “la mezcla de materiales y objetos en esta serie forma parte de un juego simbólico que busca un efecto escenográfico: signo del deterioro, de la intemperie, la lámina oxidada representa una construcción derruida. Masas esperan abajo para subir. El ascenso se convierte en destino deseado y subir la esperanza de escapar, de volar lejos.
Las pinturas de esta serie no cuentan anécdotas específicas, sino escenas metafóricas de asuntos típicos. En este caso de la necesidad de irse por todos los medios hallados. Un globo se aleja con unos pocos afortunados y desde lo alto de la torre un pequeño grupo mira consternado. Se alude al afán de huida, pero también al sistema piramidal que descarta a muchos y elige a los pocos. Motivación central del desplazamiento forzado”.
La muestra permanecerá abierta al público hasta el 23 de julio. El Salón de la Plástica Mexicana se ubicada en la calle de Colima No. 196, colonia Roma Norte, Ciudad de México. La entrada es gratuita.
