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Las tormentas de polvo del Sahara y los ciclones tropicales en México

Publicado

La Comisión Nacional del Agua explicó la conexión entre el lugar más seco de África y los ciclones tropicales que provocan lluvias e inundaciones a su paso por América

Redacción

Sorprendentemente sí existe una relación. Se ha observado que el polvo del Sahara puede tener un efecto sobre la formación de los ciclones tropicales y su intensidad.

El Sahara es el desierto más grande del planeta, ocupa la mayor parte de África del Norte y su extensión abarca parcialmente a 11 países de ese continente. Su superficie equivale casi a la del territorio de China o Estados Unidos.

El fenómeno del que hablamos es una masa de aire muy seca y cargada de polvo que se forma sobre el desierto del Sahara, principalmente en el verano, y se mueve hacia el océano Atlántico cada tres a cinco días.

Puede cubrir un área equivalente a la de Estados Unidos y extenderse verticalmente entre 1,500 y 6,000 metros de altura.

Y ha sido rastreada hasta el Mar Caribe, Centroamérica y el Golfo de México.

Al encontrarse con un ciclón tropical, el polvo del Sahara suprime las corrientes de aire ascendentes del ciclón, y los vientos horizontales que lo transportan cambian significativamente la dirección del viento en el medio ambiente.

Los estudios sugieren que puede reducir la formación de nubes, por lo tanto, habría menor posibilidad de que se desarrollen los ciclones tropicales en el Atlántico.

Año con año, tanto los ciclones tropicales cómo el polvo del Sahara llegan a nuestro país. Los primeros, en ocasiones provocan afectaciones al territorio mexicano, pero a su paso aportan agua a las actividades agropecuarias, recargan los mantos acuíferos y las presas aumentan su nivel de almacenamiento que utiliza el resto del año.

Por otro lado, las pequeñas cantidades del polvo del Sahara que ingresa a México no representan un peligro significativo para la población. Aún así, algunas personas sensibles pueden eventualmente manifestar molestias.

De llegar a presentarse una gran concentración de este polvo te sugerimos seguir los siguientes consejos:

  • Las personas con enfermedades respiratorias crónicas (EPOC o asma), adultos mayores, mujeres embarazadas y niños deben usar protectores respiratorios tales como mascarillas o un pañuelo de tela húmedo para cubrir nariz y boca.
  • Si tiene sensación de cuerpos extraños en los ojos, lávese con abundante agua. Es preferible utilizar agua potable, hervida o clorada. Lavarse las manos antes de iniciar el procedimiento.
  • Cubrir las fuentes de agua como pozos, recipientes o estanques de almacenamiento de agua para evitar contaminación.
  • Utilizar equipo de protección personal como gafas, cubreboca o pañuelo de tela húmedo para cubrir nariz y boca.
  • Humedezca el piso de su casa antes de barrer para evitar la resuspensión del polvo que pudiera acumularse en el suelo.