La hoja de tamal, conocida como totomoxtle, debe estar lavada, completamente limpia y seca para poder ser utilizada en el relleno de los tamales.
Juan Pablo Ramírez
Los tamales, parte esencial de la rica gastronomía mexicana, tienen como ingrediente principal el maíz, considerado un regalo del Dios Quetzalcóatl a los nahuatlacas de Coxcatlán, Puebla.
Estos deliciosos manjares se presentan en variedades dulces y saladas, pero su preparación implica un minucioso proceso que requiere la colaboración de un equipo de manos trabajadoras, unidas para elaborar este exquisito platillo que es herencia de nuestros ancestros.
Desde las primeras horas del día, la familia Zenteno y sus colaboradores se organizan meticulosamente y distribuyen las tareas. El proceso comienza con la nixtamalización, es decir, el cocimiento del maíz, utilizando más de 200 kilos diarios.
Luego, el maíz cocido se lava, escurre y, una vez bien seco, se muele para obtener un fino polvillo. Este se mezcla con sal o azúcar, manteca, colorantes e ingredientes secretos, creando así la receta familiar que se ha conservado durante 58 años.
La hoja de tamal, conocida como totomoxtle, debe estar lavada, completamente limpia y seca para poder ser utilizada en el relleno de los tamales.
Esta tradición no solo representa una celebración culinaria, sino también un acto de colaboración y conexión con la herencia cultural. Los tamales de Coxcatlán son un testimonio vivo de la dedicación y pasión que la familia Zenteno y su equipo ponen en cada uno de estos exquisitos manjares que deleitan a locales y visitantes por igual.
