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Internacional

La pandemia no frena el tráfico de drogas, pero provoca cambios en el consumo: ONU

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En general, las drogas sintéticas y la cocaína se usaron menos debido al cierre de los locales sociales y recreativos; mientras que el consumo de marihuana y tranquilizantes aumentó.

Redacción

El tráfico de drogas se ha recuperado rápidamente tras el parón inicial provocado por la pandemia. Un informe de la Oficina de la ONU sobre la Droga y el Delito aseguró que el narcotráfico volvió “al mismo nivel o incluso superior” después de que se levantaran las restricciones.

La producción ilegal de opiáceos continuó sin cambios en los tres principales países productores: Myanmar, México y Afganistán.

En cuanto a la cocaína, en 2020, a pesar de algunas interrupciones en la cadena de suministro de la fabricación al principio de la pandemia, no parece que el cultivo del arbusto de coca en Colombia, Perú y Bolivia resultara afectado de forma significativa.

La pandemia de COVID-19 sí provocó cambios en el consumo: en general, las drogas sintéticas y la cocaína se usaron menos debido al cierre de los locales sociales y recreativos; mientras que el consumo de marihuana y tranquilizantes aumentó.

El acceso a las drogas también se simplificó más que nunca con las ventas ilegales en internet, que ya tienen un valor de 315 millones de dólares anuales. Pese a que el monto todavía supone un porcentaje pequeño del negocio del narcotráfico, las ventas se cuadruplicaron entre 2011 y 2017. Las transacciones de drogas sin contacto, como por ejemplo a través del correo, también incrementaron, una tendencia posiblemente acelerada por la pandemia.

Entre 2010 – 2019, el número de personas que usan drogas aumentó un 22% hasta los 275 millones. En 2019, casi medio millón de personas murieron por enfermedades relacionadas con las drogas.

La sustancia más consumida es el cannabis, con 200 millones de usuarios en 2019. Aunque la potencia del THC, el principio activo del cannabis, casi se ha cuadruplicado en las últimas dos décadas, en Estados Unidos ha bajado la percepción de riesgo entre los más jóvenes.