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La grandeza cultural de México se cimienta en la espiritualidad de los pueblos indígenas

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pueblos indígenas

Realizan emotivas ceremonias rituales de agradecimiento y piden por todos los pueblos indígenas y afromexicano del país.

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El pueblo mixe compartió su cultura milenaria, su sabiduría y conocimientos ancestrales, así como su profunda espiritualidad y amor por su entorno natural, con comunidades wixárika, náayeri, o´dam y au´dam de los estados de Durango, Nayarit y Jalisco.

Durante las ceremonias tradicionales realizadas en el lugar sagrado de El Coscomate, cerro del Zempoaltépetl, en el corazón de la sierra norte de Oaxaca, representantes de los pueblos del norte – occidente del país, participaron –en un hecho histórico–, durante las festividades del centro ceremonial que es uno de los principales lugares sagrados del pueblo mixe y se aprecia en lo alto de todos los municipios vecinos.

La grandeza cultural de México se cimienta en la espiritualidad de los pueblos indígenas.

Es la montaña emblemática –símbolo de la resistencia de los mixes frente al dominio de los aztecas y la invasión de los españoles–, donde las comunidades nunca conquistadas hoy trabajan con armonía por el cuidado de sus recursos naturales y la defensa de su cultura milenaria.

“El cerro del Tsa´ax äm (Coscomate) es el lugar sagrado de todos los pueblos mixes, ahí vamos a poner ofrendas para agradecer al creador y dador de vida por darnos existencia, por nuestro amanecer y anochecer, por nuestra vida diaria y por el maíz que es nuestro sagrado alimento”

Adelfo Regino Montes

Al iniciar la caminata por los prístinos bosques de la agencia municipal de Santa María Yacochi, municipio de Santa María Tlahuitoltepec, Mixe; refirió que en su cerro sagrado los mixes piden por la salud, educación, trabajo y todo lo que se requiere para una buena vida, en especial, en el sitio conocido como El Coscomate.

La grandeza cultural de México se cimienta en la espiritualidad de los pueblos indígenas.

Acompañado por el agente municipal de Yacochi, Bulmaro Fuentes Flores, refirió que el significado de coscomate es el lugar donde se guarda el maíz. Seguramente; dijo, “en este lugar nuestros antepasados pedían por el maíz, porque el maíz es raíz, alma, corazón y espíritu de nuestros pueblos, somos hombres y mujeres del maíz”.

Comparten sus tradiciones ancestrales

Tras el recibimiento en la explanada municipal de Santa María Yacochi, inició la caminata por escarpados caminos hasta la parte alta del Coscomate, donde llegaron por primera vez autoridades espirituales (mara´akames) de los pueblos wixárika, náayeri o´dam y au´dam, quienes participaron con su propia ceremonia espiritual.

En el ritual de agradecimiento –ceremonia que devela el modo más concreto y profundo de su cultura–, el pueblo mixe agradeció a las deidades Kontoy y Tajëëw el don de la vida, la salud y el bienestar, al trueno y el relámpago.

La festividad culminó con una audición musical en la que participaron las bandas filarmónicas de Santa María Mixistlán y Santa María Yacochi, donde niñas, niños, adolescentes y jóvenes –ataviados con sus trajes tradicionales–, deleitaron a los asistentes con piezas musicales emotivas y emblemáticas como Bajo el Cielo Mixe, Jarabe Mixe e Himno a Kontoy, este último acompañado por la voz en lengua Ayuuk del maestro de música de la banda filarmónica de Santa María Yacochi.

La grandeza cultural de México se cimienta en la espiritualidad de los pueblos indígenas.

Por su parte el responsable del Centro Coordinador de los Pueblos Indígenas (CCPI) del INPI en San Pedro y San Pablo Ayutla Mixe, Salomón Maximiano Emeterio, indicó que en el cerro del Zempoaltépetl se venera al Rey Kontoy, “es el cerro más alto de Oaxaca, que permanece diariamente en nuestros corazones”.

Del mismo modo, citó el cerro llamado de la Malinche, o cerro de la Serpiente de 9 cabezas, ubicado en Santa María Alotepec, donde se pide por la caza del venado, desde donde nacen las lluvias y el viento, los elementos que dan vida a los pueblos.

Rinden tributo a la Madre Tierra

Al arribar al lugar sagrado del Coscomate, el titular del INPI, Adelfo Regino, señaló que el objetivo de la visita es rendir tributo al cerro sagrado y a la madre tierra, donde viven los ancestros y deidades del pueblo mixe, como lo son el trueno, el relámpago y la lluvia.

Nosotros venimos a rendirle tributo y a pedirle vida para los pueblos indígenas y afromexicano de nuestro país, como nos lo han enseñado nuestros antepasados”; expresó en presencia de la presidenta del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED), Claudia Morales Reza.

La grandeza cultural de México se cimienta en la espiritualidad de los pueblos indígenas.

Recordó que en el marco del Plan de Justicia de los Pueblos Wixárika, Náayeri, O´dam o Au´dam y Mexikan, se acordó con el presidente de México la creación del Decreto por el que se Protegen y Reconocen los Lugares Sagrados de México.

Representantes del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y del Registro Agrario Nacional (RAN), también se sumaron a esta caminata por las laderas del Zempoaltépetl y participaron en los festejos de la Virgen de Guadalupe, que se llevan a cabo cada año durante dos días en El Coscomate.

Los pueblos wixárika, náayeri, o´dam y au´dam iniciaron con la propuesta de decreto para el reconocimiento y preservación de sus lugares sagrados, como lo acordaron con el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Por tal motivo, a finales del año pasado, se visitaron los lugares sagrados de Tatei Haramara, Isla del Rey, San Blas, Nayarit; Xapawiyemeta, en la Isla del Alacrán, lago de Chapala, Jalisco; Ahuxa Manaka, Cerro Gordo, Durango; Te´ekata, en Santa Catarina Cuexcomatilán, Jalisco, así como Wirikuta, en Real de Catorce, San Luis Potosí, por lo que ahora se realizó la visita al Coscomate para velar por su protección.

La grandeza cultural de México se cimienta en la espiritualidad de los pueblos indígenas.

Paisajes situados entre las nubes, bosques bien preservados por las comunidades, vistas “de postal”, mujeres y hombres que se entregan con el corazón a sus tradiciones, alimentos basados en el maíz, depósito de ofrendas en cumbres, cuevas y cavernas sagradas, prolongadas caminatas, rezos y misas, pero –principalmente–, un ambiente de fiesta, formaron parte de este encuentro entre el pueblo mixe y sus hermanos del norte y occidente del país, que cierran filas por el cuidado de sus lugares sagrados.