La BUAP no es botín de perversos

Miguel Ángel García Muñoz

La gran mayoría de estudiantes y maestros nunca estuvieron de acuerdo en la paralización de actividades de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.

Vaya, tampoco los trabajadores que se sintieron sorprendidos.

Eso no contradice los reclamos legítimos por algunas carencias en la institución, que nada tienen que ver con las intenciones negras de los golpistas de adueñarse de la rectoría e impedir una posible reelección de la doctora Lilia Cedillo.

Ya levantaron el paro las facultades de Administración y Derecho; hoy, lo hizo Comunicaciones; mientras, los desquiciados se aferran con las uñas a un paro insensato que, todos lo sabemos, justificaron torpemente con un pliego petitorio confuso, escondiendo su verdadero objetivo de sembrar el caos, la insidia y la ambición.

¡La BUAP no es botín de nadie!

Quisieron culpar de intromisión al gobierno del estado y les falló, porque siempre se ha mostrado Alejandro Armenta respetuoso de la autonomía universitaria.

Sin embargo, los golpistas permitieron la intromisión de Antorcha Campesina y de grupos de choque que caminaban embozados por las instalaciones, eligiendo a dos medios de comunicación como sus voceros, entre ellos el portal Cambio que es propiedad de Ignacio Mier Velazco y dirige el presidiario Arturo Rueda Sánchez.

Incongruencia total: ¿Pues no que es autónoma la universidad?

Creo que sigue prevaleciendo el discurso de los 60, 70, 80 y 90 de los comités de lucha sobre la rancia burguesía y el proletariado, envolviendo a estudiantes que van a la escuela a estudiar, reaccionando con un sentido solidario en movilizaciones, pero sin saber el trasfondo.

La toma de una universidad como la BUAP, en este caso, es un recurso que el “movimiento estudiantil” puede poner en práctica, siempre y cuando se agoten las instancias para resolver un reclamo legal y consensuado con el estudiantado y no exista otro camino.

Así no fue.

A las claras los estudiantes, maestros y trabajadores, en su gran mayoría, nunca pidieron ir al paro. Finalmente, la anarquía se produjo por un factor clave: adueñarse de la rectoría y no permitir la reelección de la doctora Lilia Cedillo, no obstante haber hecho un buen trabajo, priorizando la educación y la ciencia sobre la política, aunque en los tres renglones hay que poner énfasis.

La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en su artículo tercero, fracción VII, establece que las universidades y demás instituciones de educación superior tendrán la facultad y responsabilidad de gobernarse así mismas.

No deben olvidarse en estas libertades ni la conducción con valores y principios axiológicos, democracia y derecho que fundamenten su razón de ser, responsabilizándose de ello a todos los que se beneficien de un ideal universitario que se hizo realidad con lucha y esfuerzo.

PREGUNTO: ¿El movimiento estudiantil agotó todos los recursos de sus reclamos?

¿Pidió la opinión de los estudiantes y académicos para paralizar clases y trabajo, secuestrando las instalaciones?

¿Cómo es que durante tres años esos mismos golpistas avalaron con elogios a la BUAP y el trabajo rectoral de Lilia Cedillo Ramírez, pidiendo incluso su reelección, y de la noche a la mañana atentan contra la institución y la doctora?

¿Cómo es que exigen respeto a la autonomía de la universidad, previendo que pudiera darse la intervención del estado, a través de la fiscalía, a petición del rectorado para salvaguardar la paz y el orden público en beneficio de estudiantes, maestros y la sociedad y, por otro lado, permiten que grupos de Antorcha Campesina y mentes siniestras manejan grupos de choque que se involucran en asuntos internos que no les competen?

¡Incongruencia monumental!

El artículo tercero constitucional garantiza el derecho a la educación de todos los mexicanos sin excepción.

El artículo 72 de la Ley General de Educación, establece que los educandos tienen derecho a recibir una educación de excelencia y ser respetados en su integridad.

Además, estar protegidos contra cualquier tipo de agresión física o moral; elegir autónomamente su forma de vivir, respetando a los demás y el interés general.

Es hora de recobrar la conciencia, la sensatez y el ideal de salvaguardar a una gran institución como la BUAP.

La rectora Lilia Cedillo, ha hecho una gran labor que no debe ser empañada. Su posible reelección la decidirá el voto universitario, no una turba de golpistas que quieren el control de la BUAP.

POSDATA: “Kamafruta”, la conspiración, narrada hace unos días en esta columna, es una de tantas reuniones de los conspiradores. Por supuesto que hay más datos.