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Internacional

La ayuda humanitaria en Gaza no puede depender del dique flotante

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Israel mantiene cerrado el paso de Rafah, por el que entra todo el combustible y gran parte de la ayuda, y el de Kerem Shalom no es accesible.

Sicom Noticias

Los camiones que transportan ayuda humanitaria a Gaza han empezado a desembarcar a través del dique flotante construido por el Ejército estadounidense, pero esto no es suficiente para satisfacer las necesidades de la población.

La Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) ha señalado “toda la ayuda que llegue a Gaza es bienvenida por cualquier ruta”.

“Sin embargo, hacer llegar la ayuda a Gaza y distribuirla por ella no puede ni debe depender de un dique flotante alejado de donde las necesidades son más acuciantes. Las rutas terrestres son el método de entrega de ayuda más viable, eficaz y eficiente, por lo que necesitamos que se abran todos los pasos fronterizos”, dijo el portavoz Jens Laerke.

Israel mantiene cerrado el paso de Rafah, por el que entra todo el combustible y gran parte de la ayuda, y el de Kerem Shalom no es accesible.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) dijo que en Gaza no entra material médico desde el 6 mayo y el principal problema es la falta de combustible sin la cual los 13 hospitales que funcionan parcialmente no pueden operar.

Yasmina Guerda, de OCHA, se encuentra actualmente en Gaza y explica que la intensidad de los combates y los desplazamientos constantes de población que huye de Rafah complica aún más la distribución de la escasa ayuda.

“Desde el 7 de mayo, cuando el cruce de Rafah fue cerrado, nuestros almacenes han sido destruidos y saqueados. Ya no queda casi nada por distribuir dentro de Gaza. En cuanto algo entra, y es un goteo, tenemos que distribuirlo y tenemos que tomar decisiones muy difíciles sobre a quién priorizar y dar porciones parciales”, dijo en una entrevista con Noticias ONU.

A todo ello se suma que Israel niega gran parte de las solicitudes para distribuir la ayuda.

“Tenemos que tener muchísimo cuidado de manera permanente, tenemos que notificar a los beligerantes sobre nuestros movimientos. Pasamos horas y horas haciendo papeleo y pasamos horas en los puntos de control y muy a menudo desafortunadamente es para nadaporque muchísimas misiones que tenemos planificadas no nos las facilitan y no podemos llevarlas a cabo”.