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Cultura

La Academia de la Danza Mexicana celebra 74 años de formar profesionistas que vinculan la tradición y lo contemporáneo

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En la Academia Mexicana de la Danza han estudiado reconocidas investigadoras de la danza que fueron estudiantes o docentes: como lo son: Elizabeth Cámara, Alejandra Ferreiro, Cristina Mendoza, entre otras.

Redacción

La Academia de la Danza Mexicana (ADM) del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) celebra 74 años de su fundación el 1° de febrero, iniciativa que llevaron a cabo las bailarinas y coreógrafas Guillermina Bravo y Ana Mérida, inspiradas en el trabajo creativo que Anna Sokolow y Waldeen von Falkenstein realizaron en nuestro país.

Entre las personalidades determinantes para la historia de la danza mexicana están: Josefina Lavalle, Guillermina Peñaloza, Rosa Reyna, Guillermo Keys, Sonia Castañeda, Elena Noriega, Emma Duarte y Marcelo Torreblanca.

La ADM ha contado con diferentes planes de estudios como resultado de las reformas académicas. Actualmente su oferta educativa está integrada por las licenciaturas en Danza clásica, Danza contemporánea, Danza popular mexicana y Danza opción multidisciplinar, con las cuales forma profesionistas que vinculan la tradición y lo contemporáneo, además de aplicar de manera integral los saberes sociales, culturales, científicos, tecnológicos y artísticos en procesos creativos, educativos y de investigación.

Asimismo, debido al confinamiento sanitario que se vive desde marzo de 2020, se han adaptado los procesos educativos al formato virtual, sin demérito del desarrollo de un pensamiento crítico que les permita a los estudiantes reflexionar acerca de la realidad social y contribuir a su transformación.

Semillero de creadores

La ADM fue concebida por Carlos Chávez -primer director general del INBAL de 1947 a 1952- como un taller de experimentación de la nueva danza mexicana. En esta etapa inicial funcionó como compañía y taller coreográfico; posteriormente se convirtió en un espacio de creación y producción artística fundamental durante la llamada Época de oro de la danza moderna mexicana.

Además de tener una fuerte presencia en los escenarios, la ADM buscó constituirse como una institución educativa profesional, cuyo quehacer académico tiene como base el rescate, revaloración y difusión de las expresiones artísticas mexicanas. A partir de 1956 se transformó oficialmente en centro de enseñanza profesional de la danza.

Tiene como principios y valores el desarrollo de la creatividad, la sensibilidad, la ética profesional y la solidaridad, así como la inclusión y respeto hacia las manifestaciones estéticas de otros individuos, sociedades y culturas.

La ADM se mantiene en una labor permanente de análisis, reflexión, adaptación y renovación de las estrategias didácticas utilizadas para garantizar una educación de calidad que esté abierta a las improntas estéticas, educativas, sociales y culturales del mundo actual.

Entre las fundadoras de la Academia destacan Guillermina Bravo, Evelia Beristáin, Lin Durán, Beatriz Flores, Amalia Hernández, Josefina Lavalle, Ana Mérida, Gloria Mestre, Dina Torregrosa, Abel Almazán, Miguel Córcega, Gabriel Houbard, José Silva y Ricardo Silva.

En la Academia Mexicana de la Danza han estudiado reconocidas investigadoras de la danza que fueron estudiantes o docentes: como lo son: Elizabeth Cámara, Alejandra Ferreiro, Cristina Mendoza, Sylvia Ramírez y Margarita Tortajada.

La Academia Mexicana de la Danza se ubica en Prolongación Xicoténcatl No. 24, colonia Country Club Churubusco, Alcaldía Coyoacán, Ciudad de México.