Julio Olivares encarnó a Jesús en la Pasión de Iztapalapa, liderando a 2,500 nazarenos en una emotiva representación que recreó el Segundo Concilio, la condena por Pilato y Herodes, y la crucifixión.
Sicom Noticias
Con más de 180 años de historia, el Viacrucis de Iztapalapa volvió a transformar las calles de esta demarcación en un escenario de fe y tradición, en una edición que reafirma su valor como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, reconocimiento otorgado por la UNESCO.
Este Viernes Santo, la edición número 182 reunió a miles de fieles y espectadores que presenciaron la representación de la Pasión de Cristo. El recorrido, de unos 10 kilómetros, atravesó los ocho barrios tradicionales y concluyó en el emblemático Cerro de la Estrella, donde se escenificó la crucifixión.
Julio Olivares dio vida a Jesús, acompañado por más de 2,500 nazarenos que desfilaron portando cruces como acto de fe y penitencia. La representación incluyó momentos clave como el Segundo Concilio, la condena de Jesús por Poncio Pilato y Herodes, y su posterior crucifixión.
El evento contó con un amplio dispositivo de seguridad y logística, que incluyó a elementos de Protección Civil, cuerpos policiacos, paramédicos, zonas de evacuación, puntos de hidratación y transmisión en redes sociales, garantizando el bienestar de asistentes y participantes.
Más allá del acto religioso, el Viacrucis de Iztapalapa fortalece el sentido de comunidad e identidad cultural, integrando a actores, voluntarios y visitantes tanto nacionales como internacionales, en una de las expresiones de fe más representativas de México.
