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Internacional

Inicia el cónclave para elegir al sucesor de Francisco: 133 cardenales enclaustrados en la Capilla Sixtina

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La votación se realiza en secreto y requiere de una mayoría calificada de dos tercios. Nueve cardenales tienen funciones clave en este proceso.

Sicom Noticias

Bajo un estricto aislamiento, 133 cardenales de todo el mundo se encerraron este martes en la Capilla Sixtina para iniciar el cónclave que definirá al papa número 267 de la Iglesia católica, tras el fin del pontificado de Francisco, que concluyó luego de 12 años al frente del Vaticano.

El ritual comenzó con el tradicional juramento de confidencialidad, mediante el cual cada purpurado promete guardar secreto absoluto sobre las deliberaciones y votaciones que se realicen dentro del recinto. La elección del nuevo pontífice se anunciará al mundo mediante la famosa fumata blanca que saldrá de la chimenea de la Capilla Sixtina, seguida del anuncio solemne: “Habemus Papam”, que será proclamado por el cardenal Dominique Mamberti.

La duración del cónclave es incierta: históricamente ha variado desde dos días, como el más breve, hasta tres años, como el más prolongado. Mientras tanto, en la llamada “sala de las lágrimas”, ya espera la vestimenta papal en tres tallas distintas, lista para ser usada por el próximo líder de la Iglesia.

Como parte del protocolo de transición, ya se ha destruido el anillo del Pescador y el sello oficial del ahora papa emérito Francisco, lo que simboliza la conclusión de su mandato.

En la misa de apertura celebrada antes del encierro, se hizo un llamado por la paz en Ucrania y Medio Oriente, además de reflexionar sobre los retos financieros del Vaticano y el perfil que se espera del nuevo papa: un líder espiritual con capacidad de reforma, sensibilidad social y fortaleza ante los desafíos globales.

La votación se realiza en secreto y requiere de una mayoría calificada de dos tercios. Nueve cardenales tienen funciones clave en este proceso: tres escrutadores, tres encargados de recoger votos de los enfermos y tres revisores.

Con la atención mundial puesta sobre Roma, comienza una nueva etapa para la Iglesia católica, marcada por la expectativa y el misterio.