Ayer por la noche, Eduardo fue velado en su comunidad natal, San Juan Acateno, donde su madre encabezó una despedida cargada de dolor, pero también de amor y esperanza.
Sicom Noticias
Tras más de tres meses de angustia e incertidumbre, la historia de Eduardo Juárez Ventura, joven teziuteco de 23 años, llegó a su fin. Fue localizado sin vida en Tijuana, Baja California, donde fue visto por última vez el pasado 28 de enero de 2025. Este caso, más allá del dolor que deja, se convirtió en una muestra de solidaridad que cruzó estados y fronteras.
Desde el 1 de febrero, medios de comunicación en Teziutlán recibieron llamados urgentes de familiares y amigos del joven, solicitando apoyo para difundir su ficha de búsqueda. La respuesta no tardó en llegar. A través de redes sociales, paisanos radicados en la ciudad fronteriza, donde Eduardo vivía por motivos laborales, ofrecieron su ayuda desinteresada para tratar de ubicarlo.
Una llamada anónima fue clave en este proceso. El colectivo Armadillos Tijuana Oficial informó en su página de Facebook que esa acción permitió agilizar la localización de Eduardo. En su mensaje agradecieron especialmente a Indira Navarro, lideresa del colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco, por canalizar el caso con rapidez y sensibilidad.
Ayer por la noche, Eduardo fue velado en su comunidad natal, San Juan Acateno, donde su madre encabezó una despedida cargada de dolor, pero también de amor y esperanza. Este jueves, a las 13:00 horas, se celebrará una misa de cuerpo presente en la Parroquia de San Juan Evangelista, y posteriormente será sepultado en el panteón local.
El caso de Eduardo Juárez Ventura deja un mensaje claro: en medio de la desesperación, la solidaridad entre ciudadanos puede abrir caminos, brindar consuelo y, en ocasiones, respuestas.
