Familia Villanueva, ejemplo de la fe y devoción de quienes parten en procesión rumbo a la Basílica de Guadalupe

No caminar solos, extremar precauciones, mantenerse debidamente hidratados y alimentados, así como llevar calzado cómodo; esas son algunas recomendaciones para peregrinos.

David Portillo

Desde hace seis décadas, la familia Villanueva, acompañada por amigos del municipio de Tehuacán, emprende una travesía de 256 kilómetros hasta la Basílica de Guadalupe en la Ciudad de México.

A pesar del cansancio, las inclemencias del clima y los riesgos de caminar sobre autopistas, la fe supera todos los obstáculos en su camino, con el propósito de expresar gratitud por los favores recibidos a lo largo del año.

Tras haber iniciado su caminata el pasado 4 de diciembre, la familia Villanueva y sus acompañantes tienen como meta llegar a la Basílica de Guadalupe el 10 de diciembre, a las siete de la mañana, para celebrar junto a la Virgen de Guadalupe el día 12.

Para quienes participan en peregrinaciones similares, se han compartido algunas recomendaciones:

• No caminar solo; formar grupos de al menos cinco personas.
• Ingerir alimentos antes de iniciar la caminata.
• Seguir caminos previamente establecidos.
• Extremar precauciones al caminar por la calle.
• Ubicar puestos de ayuda y servicios a lo largo de la ruta.
• Si se va acompañado de menores, no soltarlos de la mano y establecer un punto de reunión.
• Portar calzado cómodo y llevar una mochila con lo necesario y dinero en efectivo.
• Utilizar chalecos antirreflectantes.
• Llevar agua y frutas para mantenerse hidratado y energizado.
• Portar gorras o sombreros para protegerse del sol, así como ropa abrigadora.

Esta tradición anual no solo representa una muestra de devoción, sino también un acto de unidad y resistencia ante los desafíos que implica este viaje espiritual.