La idea detrás de esta creencia se basa en el hecho de que los meses de mayo, junio, julio y agosto son aquellos en los que se registran altas temperaturas, lo que podría afectar la calidad y frescura de los productos del mar.
Andrea Casco
Existe en México una creencia arraigada de no consumir mariscos durante los meses que no incluyen la letra “R” en su nombre. ¿Ha escuchado hablar de ella?
Esta tradición principalmente ha sido transmitida por madres y abuelas a través de generaciones; sin embargo, hoy en día se sabe que se trata de un mito que se originó principalmente debido a la falta de métodos confiables de refrigeración en años pasados.
La idea detrás de esta creencia se basa en el hecho de que los meses de mayo, junio, julio y agosto son aquellos en los que se registran altas temperaturas, lo que podría afectar la calidad y frescura de los productos del mar. Por lo tanto, se consideraba que era mejor evitar su consumo durante estos meses.
A pesar de esto, algunos vendedores afirman que las ventas de mariscos sí disminuyen durante estos meses debido a esta creencia arraigada en la sociedad.
La recomendación para aquellos que deseen consumir mariscos es que lo hagan únicamente en establecimientos confiables, donde se garantice la calidad y frescura del producto. Es importante tener precaución y asegurarse de que se sigan los estándares adecuados de higiene y refrigeración para evitar cualquier problema de salud.
En conclusión, aunque el mito de no consumir mariscos sin la letra “R” en su nombre persiste en la cultura mexicana, se ha demostrado que es más importante asegurarse de la procedencia y frescura del producto, independientemente del mes del año en el que se encuentre.
