El metate: un utensilio ancestral en la cocina mexicana

A día de hoy, se emplea principalmente para amasar masa, especialmente por aquellos que venden gorditas o tortillas.

Pilar Pérez

El “metate,” cuyo nombre proviene del náhuatl “metlatl,” que significa “piedra de moler,” es un antiguo utensilio de cocina que, en la actualidad, es poco utilizado por las amas de casa y desconocido para las nuevas generaciones.

La mayoría de los metates están hechos de piedra volcánica, aunque algunos pueden ser fabricados con barro. Este instrumento fue ampliamente utilizado por amas de casa en el pasado para moler ingredientes como chile, chocolate, especias y maíz.

Está compuesto por dos piezas: una plancha rectangular con un relieve curvo y el rodillo o “metlapilli,” que significa “la mano del metate” o “hijo del metate” en náhuatl.

A día de hoy, el metate se emplea principalmente para amasar masa, especialmente por aquellos que venden gorditas o tortillas.

Se cree que el sabor y la textura resultantes son distintos de los métodos de molienda más modernos. Sin embargo, su manipulación no es sencilla, ya que se requiere una técnica y fuerza específicas para lograr el resultado deseado.

El uso del metate solía poner a prueba la fuerza de quienes, sentados sobre el petate a ras de suelo, molían y amasaban ingredientes junto al calor de los braseros hace medio siglo, en una época en la que licuadoras y molinos no eran indispensables en las cocinas mexicanas.

A pesar de su disminuido uso en la vida cotidiana, el metate sigue siendo un recordatorio de la rica herencia culinaria de México.