Andrés Fernández
En el nuevo panteón municipal de Ciudad Serdán se encuentra una tumba que ha llamado la atención de visitantes y pobladores cada Día de Muertos. Se trata de la sepultura de André Pior Deutseh, un ciudadano alemán nacido el 15 de mayo de 1963, quien falleció el 7 de diciembre de 2002 en su intento por conquistar la cara norte del Citlaltépetl, el volcán más alto de México.
Su lápida, marcada como la primera tumba del nuevo panteón, lleva inscritas las palabras:
“En México, el caminante errante, siempre te recordaremos tus amigos de Aculco, Estado de México.”
André, reconocido como un apasionado alpinista, perdió la vida durante la expedición que lo llevó a las faldas del Pico de Orizaba. Debido a la distancia entre México y Alemania, su cuerpo nunca fue reclamado por su familia, y sus restos fueron sepultados en Ciudad Serdán, donde desde entonces descansan.
Con el paso de los años, su tumba se ha convertido en un símbolo de respeto y memoria para la comunidad. Cada 2 de noviembre, visitantes que desconocen su historia exacta dejan flores, veladoras y pequeños arreglos, conmovidos por la idea de un viajero extranjero que encontró descanso eterno en tierras poblanas.
Para muchos habitantes, especialmente aquellos que tienen familiares o amigos alpinistas, la tumba de André representa una conexión profunda con la montaña y con quienes entregan su vida a la aventura y al espíritu del descubrimiento. Así, sin haberlo conocido, los pobladores de Ciudad Serdán han adoptado su memoria, convirtiéndola en una parte emblemática de la historia local.
AS
