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Deporte A Fondo | Grandeza deportiva

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Sicom Opina Con… Antonio Abascal

Marco Verde buscará mañana mejorar su color de medalla en los 71 kilógramos del boxeo olímpico, en caso de perder su bronce ya se contabilizará para la delegación mexicana que tendrá cuatro preseas con dos platas y dos bronces. Se trata de la décimo cuarta medalla que otorga el boxeo desde que Francisco Cabañas abrió la contabilidad con su plata en Los Ángeles 32 y que podría cerrar el nacido el 11 de febrero de 2002 en Sinaloa debido al conflicto entre la Asociación Internacional de Boxeo Amateur y el Comité Olímpico Internacional que se ha intensificado en París 2024, recordando que en esta ocasión fue el propio COI el que se encargó del proceso clasificatorio, de la organización y el desarrollo del pugilismo en la capital francesa.

Francisco Cabañas Pardo, quien vivió cien años de 1912 a 2012, ganó la primera medalla para el boxeo mexicano con su plata en el peso mosca al perder la final ante el húngaro Itsván Enekes pese a que las crónicas de la época hablan acerca del dominio del mexicano y de una caída de los dos contendientes que sólo se contó para el mexicano; cuatro años más tarde, en Berlín 36, Fidel Ortiz sumó un bronce en el peso gallo y luego se abrió un largo ayuno hasta Tokio 64 cuando Juan Fabila Mendoza logró el bronce en peso gallo; en casa, durante México 68 cayeron más preseas cuando Antonio Roldán se hizo con el oro en la división pluma tras un camino victorioso ante el sudanés Abdel Awad, el irlandés Eddie Treacy, al soviético Valeri Platinov, en semifinales al keniata Philip Waruinge, en la final se midió al británico Albert Robinson quien sufrió dos amonestaciones y quedó fuera de la disputa, el mismo 26 de octubre Ricardo Delgado se adueñó de la presea dorada en mosca.

Joaquín Rocha en completo y Agustín Zaragoza en gallo agregaron bronces para la delegación mexicana que actuaba como local, la racha de preseas iniciada en Tokio 64 se alargó con la plata de Alfonso Zamora en peso gallo, incluso con el sentimiento de que pudo haber sido mejor si no hubiera comido una salchicha con cerveza que subió su peso, aunque su equipo trabajó para bajarlo, llegó débil y perdió la final ante el cubano Orlando Martínez. En Montreal 76, Juan Paredes Miranda en peso pluma agregó un bronce; tras irse en blanco en Moscú 80, Héctor López apareció para ganar una plata en Los Ángeles 84 cuando tenía diecisiete años y era el boxeador más joven de todos los que participaron, su camino inició con Johny Asadoma de Indonesia, siguió el nigeriano Joe Orewa, en cuartos de final a Ndaba Dube de Zimbabue, en semifinales venció por puntos al canadiense Dale Walters, pero en la final cayó por la vía de los puntos ante el italiano Mauricio Stecca.

Un poblano, Mario González Lugo rescató la actuación mexicana en Seúl 88 otorgando una de las dos únicas preseas (ambas de bronce) para el equipo tricolor, su presea fue en peso gallo, pero esa fue la última en el siglo XX, ya que no hubo preseas en el boxeo hasta que Cristian Bejarano en el peso ligero sumó un bronce en Sídney 2000, vino otro largo período sin medallas hasta que en Río 2016 Misael Rodríguez en los 75 kilógramos obtuvo otro bronce. En total son dos preseas de oro, tres de plata y ocho de bronce. México no se mete a una final olímpica de boxeo desde Los Ángeles 84 con Héctor López y la única vez que ha ganado medallas de oro fue en casa, en México 68; esos son los retos para Marco Verde Álvarez quien mañana enfrentará al británico Lewis Richardson a las 13:46 horas tiempo del centro de México; Verde Álvarez puede al menos emular a Cabañas, Zamora y López si derrota al británico y estaría en posición de buscar el primer oro mexicano en boxeo desde México 68, sin olvidar que nuestro país no escucha su himno en Juegos Olímpicos desde Londres 2012 cuando el futbol consiguió la medalla dorada tras derrotar en la final a Brasil, de la misma forma un deporte distinto al balompié no se sube a lo más alto del pódium desde que María del Rosario Espinosa terminó en primer lugar del taekwondo de Beijing 2008 (Guillermo Pérez también había conseguido oro en el mismo deporte en los 58 kilógramos varoniles días antes).

Más allá de la delegación mexicana, los Juegos Olímpicos de París 2024 han entrado a su semana final, aunque lo han hecho con muchos momentos de grandeza deportiva, con muchas emociones y con postales visuales bellísimas que han cumplido el objetivo del Comité organizador de convertir a la ciudad luz en la verdadera protagonista de los juegos. A estas alturas ya hay muchos nombres propios como León Marchand el francés que resultó la gran figura en la natación con cinco preseas, cuatro de ellas de oro y un bronce, la australiana Molly O´Callaghan también con cinco preseas, tres de ellas de oro, o la joven canadiense Summer McIntosh con cuatro preseas totales, tres doradas. Simone Biles no tuvo el cierre que se esperaba hoy quedando fuera del podio en la viga de equilibrio y superada por la brasileña Rebeca Andrade en el ejercicio en el suelo, sin embargo, sus tres preseas incluyendo el all around femenil, y sobre todo, su gran historia de vida es un símbolo de inspiración por la forma en la que se ha recuperado de muchos momentos duros que en Tokio 2020 le causaron un ataque de ansiedad que volvió a poner en la palestra la importancia de atender la salud mental de los atletas.

El fin de semana se escribieron muchas historias muy llamativas que muestran que estamos ante el mayor escenario del deporte: Novak Djokovic, el máximo ganador de tornos de Grand Slam con veinticuatro, superando a Rafael Nadal y Roger Federer consiguió su primera medalla de oro en singles tras vencer en una gran final al español Carlos Alcaraz, quien unas semanas antes, lo había derrotado en tres sets en duelo por el título de Wimbledon; cuando uno ve al serbio que ha brillado en todas las superficies, que ha impuesto todas las marcas del tenis y que tiene un sitio en la inmortalidad de su deporte, festejar de la forma en la que lo hizo tras vencer a la joven sensación del deporte blanco, así como escuchar sus palabras calificando esta final como la más importante de su carrera, se da cuenta del peso de los Juegos Olímpicos para los atletas: No hay nada más alto que ganar un oro olímpico, porque significa representar a tu país; Djokovic es un sobreviviente de la guerra de los Balcanes, cuando era un niño se quedaba escondido con su abuelo, mientras se producían bombardeos de la OTAN sobre Belgrado, por lo que nunca ha negado que representar a Serbia es un alto honor para él.

Otros deportes que no otorgan tantas medallas han coronado a figuras que merecen la pena ser nombradas: El belga, Remco Evenepoel, tercer lugar en el pasado Tour de Francia, que acabó en Niza y no en París para preparar los juegos, se coronó tanto en la prueba contrarreloj como de la ruta dejando una imagen histórica al llegar a la meta al pie de la Torre Eiffel. El belga se convirtió en el primer hombre en ganar las dos pruebas del ciclismo de ruta en la misma edición. Por su parte, Jessica Fox ganó dos medallas de oro en el piragüismo slalom para Australia.

La poseedora de la marca mundial del salto de altura, Yaroslava Mahuchij logró la medalla de oro, el objetivo que se había propuesto desde Tokio 2020 cuando se metió al pódium con la presea de bronce, pero que se volvió prioritario cuando Rusia invadió a su país, Ucrania. La saltadora tuvo momentos de duda ya que sentía que no podía competir mientras sus ciudades eran destruidas, pero alguien de su entorno le dijo que competir era una forma de ayudar a su país y de dar satisfacciones a su nación por lo que desde ese instante la presea dorada fue un objetivo; ayer arrancó con todo, sin errores y eso le dio ventaja, luego no necesitó de buscar una nueva marca mundial o la olímpica, la tarea estaba hecha al obtener la presea dorada y poner a Ucrania en lo más alto, en un pódium que tuvo cuatro medallistas ya que hubo dos bronces y otra ucraniana, Iryna Geraschenko dio uno de esos bronces.

Santa Lucía, una isla en el Caribe, llamada así porque Cristóbal Colón arribó a ese lugar el 13 de diciembre, día de Santa Lucía, logró la primera medalla de su historia y fue de oro cuando Julian Alfred sorprendió a la favorita Sha´Carri Richardson de Estados Unidos con un tiempo de 10.72 segundos por 10.87 de la medallista de plata, mientras que el bronce fue para Melissa Jefferson de Estados Unidos con 10.92, en una prueba en la que las principales jamaiquinas no estaban y por eso parecía un paseo para Richardson. Santa Lucía tiene 183,629 habitantes, logró su independencia del Reino Unido en 1979 y sólo envió a cuatro atletas a París, pero Julian Alfred ya puso a su país en el mapa, siguiendo una historia que arrancó en los Juegos Olímpicos de la juventud, Buenos Aires 2018 con una presea de plata. El mismo sábado, otra isla, Dominica, también sumó la primera medalla con un oro en el salto triple por conducto de Thea Lafond con 15.02 metros; Dominica forma parte de las Antillas menores en el Caribe, Cristóbal Colón, bautizó la isla como Dominica, por el término en latín Dies Dominica que significa domingo, día en que los españoles la vieron por primera vez en noviembre de 1493, tiene una población de 72412 habitantes y es independiente desde 1967.

Femke Bol está llamada a ser una de las animadoras de estos juegos, la neerlandesa es la mejor velocista europea especializada en los 400 metros con vallas, una prueba donde Sydney McLaughlin es la mandona y sólo la neerlandesa se le había acercado; en el mundial de atletismo de hace un año en el 4×400 mixto, Países Bajos y Estados Unidos se disputaban el primer lugar cuando Bol cayó y su equipo quedó fuera de las preseas, ahora en París, Bol cerró y recibió la posta en cuarto lugar para correr con gran técnica y belleza bajo la lluvia parisina para escalar posiciones, colocarse en medallas, superar a la Gran Bretaña por la plata y en la recta final dejar atrás a Estados Unidos para darle a su país la presea dorada y llevarse una de las grandes ovaciones de los juegos.

Cada cuatro años el mundo aprovecha los días olímpicos para medirse en todos sentidos, prueba adelantos tecnológicos y se fija en las marcas de los atletas. La final varonil de los 100 metros planos es un buen mensaje: Es la primera en la que los ocho corredores bajan de diez segundos, la medalla de oro se definió por cinco milésimas (cuando el atletismo presenta hasta centésimas), el campeón, Noah Lyles de Estados Unidos nunca estuvo en la posición de privilegio hasta que llegó a la meta con el pecho para superar al jamaiquino Thompson, además el octavo lugar, Oblique Seville de Jamaica, registró 9.91 una mejor marca que la de Carl Lewis para ganar la medalla de oro en Seúl 88, el deporte como el ser humano evoluciona.

Los Juegos Olímpicos son un lienzo en el que se pintan cuadros de superación, cuadros de gran belleza como los de Cindy Ngamba, oriunda de Camerún, pero que compite para el equipo de refugiados y ha garantizado la primera presea para esta delegación desde que hizo sus aparición en Río 2016 para hacer un llamado sobre los millones de personas desplazadas por razones políticas, sociales, religiosas y de género en el mundo. Los Juegos Olímpicos son un espacio donde al igual que hace cien años cuando Uruguay se presentó en Europa con su futbol, hoy Santa Lucía y Dominica lo han hecho con sus atletas, los juegos olímpicos son una obra teatral donde el más laureado tenista termina llorando porque consiguió lo que más quería: Una medalla dorada.