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Deporte a Fondo | El Vikingo, La Ikurriña y La Franja
Publicado
hace 12 mesesPor
SICOM NoticiasLa columna de Antonio Abascal
Santiago Idígoras jugó una sola campaña con el Puebla de la Franja, la 81-82, alineó en treinta y cuatro partidos en los que anotó doce goles para ser el goleador del equipo junto con Muricy. El vikingo de Oñati hizo gol en su presentación ante Atletas Campesinos en Puebla, luego al Toluca en la fecha tres ambos partidos celebrados en el Estadio Cuauhtémoc pero luego sufrió un largo ayuno sin gol hasta que lo rompió en la fecha quince en una visita al Tampico, le marcó al Zacatepec ya en la fecha dieciséis, antes de vivir otra mala racha que finalizó otra vez fuera de casa, en Guadalajara, al marcarle gol al Atlas en la fecha 27, también marcó ante el León en la fecha 31 para tener un buen cierre del torneo con goles ante el Atlético Español, otra vez Zacatepec, a las Chivas en la Perla Tapatía y en la última jornada del campeonato en Puebla en una derrota de 3-2 ante Monterrey, donde por cierto, Roberto Gómez Junco anotó dos goles para los Rayados.
Idígoras no continuó con la Franja por la devaluación de 1982 que provocó la ruptura del proyecto de Jorge Suárez y el rescate del Gobierno del Estado que encabezaba Guillermo Jiménez Morales, sin embargo, su llegada demuestra la ambición de aquella directiva que apostó por jugadores de calidad que habían sido importantes en otros equipos. Es el caso del delantero vasco, formado en la cantera de la Real Sociedad de San Sebastián quien forma parte de la generación que consiguió la época de mejores resultados en la Liga Española para la escuadra donostiarra. De hecho, llegó como campeón de la liga española ya que la Real se coronó en la 80-81 tras una dura batalla con el Real Madrid en la parte final y con Barcelona y Atlético a lo largo del curso.
En esa temporada, la escuadra vasca igualó en puntos con los merengues, pero tenía el desempate a favor ya que en su antiguo campo, Atotxa, ganó 3-1 y en el Santiago Bernabéu perdió 1-0. En la última fecha, jugada a la misma hora (como debe ser), a la Real le bastaba el empate ante el Sporting de Gijón, pero una derrota daría pie al Real Madrid que jugaba como visitante en Valladolid; pese a que un gol tempranero del capitán Kortobarria adelantó a la Real, los locales le dieron la vuelta con dos goles de Mesa, mientras que los de la capital española ganaban en Valladolid, parecía que por segundo año consecutivo la escuadra donostiarra (gentilicio de los habitantes de la ciudad de San Sebastián) se tendría que quedar con el subcampeonato, sin embargo, en el último minuto Jesús María Zamora aprovechó un balón suelto en el área tras un mal contacto de Alberto Górriz para empatar el juego y darle su primer título al equipo que dirigía Alberto Ormaetxea. La alineación en la visita a Gijón tenía a Luis Miguel Arconada en la portería, Celayeta, Górriz, Kortobarria, Olaizola, Diego, Alonso, Zamora, Idígoras, Satrústegui y López Ufarte, ingresaron José Mary Bakero y Larrañaga https://www.youtube.com/watch?v=aRqNuBduFns.
Los números de Idígoras en esa temporada fueron 29 juegos, de los cuales 21 fueron como titular, once completos, sumó 1709 minutos, vio una tarjeta amarilla y anotó tres goles: Al Barcelona en la fecha siete en un triunfo por 2-0, a Las Palmas en la fecha veinte en otra victoria de 2-0 y en la jornada 33 (penúltima) en un triunfo de 2-1 que preparó la escena para la angustiosa última jornada; es decir, llegó al Puebla cuando era un jugador habitual en el campeón del futbol español. (Fuente: BDFutbol. https://www.bdfutbol.com/es).
También fue parte de la Real Sociedad de la campaña 79-80 que se mantuvo invicta hasta la penúltima fecha cuando perdió 2-1 ante el Sevilla el domingo 11 de mayo de 1980 lo que le abrió las puertas al Real Madrid para tomar el liderato que ya no perdería en la última jornada porque venció 3-1 al Athletic de Bilbao haciendo infructuoso un nuevo triunfo de los donostiarras. Daniel Bertoni, campeón del mundo con Argentina en el mundial de 1978, hizo los dos goles andaluces en los minutos treinta y 84, mientras que el gol de los visitantes fue obra de Zamora al 65. Ese día Idígoras no fue titular pero ingresó al terreno de juego en el 59 por Amiano; cabe resaltar que en varios reportajes sobre ese equipo invicto hasta la fecha 33 los jugadores de la Real han expresado que no perdieron el campeonato en el Sánchez Pizjuán sino en el Bernabéu cuando empataron a dos con los merengues luego de ir ganando por dos a cero con goles de Zamora y Periko Alonso, García Hernández al 85 y Juanito de penal al 91 lograron la igualada para los de la capital española, al pasar de los años futbolistas como Arconada, Zamora y Satrústegui se siguen quejando del arbitraje de José García Carrión quien marcó el penal por una mano fuera del área, incluso Arconada expresó que el miedo escénico al Bernabéu del que hablaba Valdano no lo sentían los jugadores, sino los árbitros. Por cierto, Idígoras fue titular y salió al minuto 85 para dejar su lugar a Amiano.
El “Vikingo de Oñati” disputó veinticinco partidos, veinticuatro de ellos como titular con doce completos, sumó 1895 minutos, vio dos tarjetas amarillas y una roja (en el derbi vasco ante el Athletic) con tres goles frente a Las Palmas en un triunfo de 1-0, en el empate a uno ante el Rayo Vallecano y contra el Athletic en la segunda vuelta en una goleada de 4-0 sobre los leones de San Mamés. (Fuente: BDFutbol. https://www.bdfutbol.com/es).
Debutó en el máximo circuito español el 15 de septiembre de 1974 ante el Celta de Vigo a los 21 años de edad, luego de haber sido parte del filial en tercera división el San Sebastián. Su fisonomía: Rubio, fuerte, cabello largo, bigotón le valió el apodo que al parecer fue acuñado en Cádiz durante una visita de la Real Sociedad cuando los periodistas lo bautizaron como “vikingo” y añadieron la localidad de la que era oriundo. Se distinguía por sus cualidades físicas, su juego directo, pero nunca tuvo grandes registros goleadores ya que el centro delantero de la Real Sociedad era Jesús Satrústegui, por lo que Idígoras era su acompañante o bien se cargaba a una de las bandas, por lo que sus cabalgatas eran admiradas por su afición. Sumó 214 partidos de Liga, marcando 39 goles, su mejor campaña fue la 76-77 cuando hizo diez goles (su marca personal en España), lo que le valió una convocatoria a la selección española, también fue parte del equipo olímpico que participó en Montreal 76 donde España perdió sus dos compromisos, 2-1 ante Brasil y 1-0 frente a la Alemania Democrática pero el gol de la “Furia Roja” fue precisamente de Idígoras al minuto catorce lo que significó el empate momentáneo.
https://olympics.com/es/video/lo-mejor-del-futbol-bra-esp-montreal-1976.
Justamente en la campaña 76-77, Idígoras fue parte de un derbi vasco que dejó un mensaje muy poderoso ya que fue la primera vez que en un acto público se mostró la bandera de la comunidad vasca, la ikurriña, cuando España vivía la transición a la democracia tras la dictadura de Franco donde cada uno de los símbolos de identidad de las comunidades estaban prohibidos, en ese momento la bandera todavía estaba prohibida por lo que los jugadores de ambos equipos se pusieron de acuerdo en secreto para sorprender a la afición y a toda España. El juego se celebró el 5 de diciembre de 1976 en Atotxa, la casa de la Real Sociedad. La primera sorpresa para los asistentes fue ver salir a los dos equipos en formación mundialista, con los capitanes (Kortobarria por la Real y el gran guardameta José Ángel Iribar por el Athletic) portando la ikurriña, un emblema creado en 1894, que en un principio sólo representaba a la región de Vizcaya, por los hermanos Luis y Sabino Arana, fundadores del Partido Nacionalista Vasco.
Sabino Arana se basó en el escudo de Vizcaya y en el lema nacionalista “Dios y la Antigua Ley”, donde explicaba que el fondo rojo es el mismo del escudo, al igual que la cruz blanca, mientras que la cruz de San Andrés verde representa al roble del escudo y al mismo tiempo las leyes patrias. La cruz y el roble están unidos por el lema, por lo que en el centro deben estar las dos cruces blanca y verde. “Y así como en la unión de la cruz y el roble en el escudo, aquélla ocupa el lugar preferente y en el lema Dios va primero, así también en la bandera la cruz blanca está superpuesta a la cruz verde de San Andrés”, escribió en su artículo “La Bandera Fenicia”; la palabra “ikurriña” es también creación de Arana, un neologismo procedente de ikur (símbolo en euskera) y ehun (tela en euskera). La ikurriña se adoptó como enseña oficial de Euskadi en 1936, pero fue ilegalizada por el gobierno militar español, durante la dictadura franquista su exhibición fue duramente perseguida por lo que se convirtió en un símbolo antifranquista. En el momento del partido, Franco ya había muerto (20 de noviembre de 1975), se había iniciado la transición democrática pero seguía estando prohibida por lo que el acto de los equipos vascos tuvo importantes connotaciones políticas y sociales ya que ninguno de los futbolistas sufrió algún arresto; el 19 de enero de 1977 volvió a permitirse su uso y en 1979 en el Estatuto de Autonomía del País Vasco se reconoció como la bandera oficial de esa Comunidad Autonómica.
Cabe recordar un dato que hace más significativo el gesto de la ikurriña, en ese momento ambos equipos tenían la política de jugar sólo con futbolistas vascos por lo que los veintidós que saltaron al terreno de juego eran de la región de la cual los capitanes portaban la bandera. Más tarde, en 1989, la Real Sociedad abrió la puerta a los jugadores extranjeros, mientras que el Athletic se ha mantenido fiel a una filosofía que lo define ya que su histórica playera sólo la pueden defender jugadores vascos.
En la cancha la Real Sociedad goleó 5-0 al Athletic para completar la fiesta en Atotxa. Un gol tempranero de Gaztelu, minuto tres, abrió el camino, Satrústegui hizo dos goles de cabeza en tres minutos, al 28 y 31, Zamora al 73 puso el cuarto y el que inició la jornada festiva, Gaztelu, la cerró desde los once pasos. Los donostiarras dirigidos por José Antonio Irulegi alinearon con Arconada en la portería (considerado por muchos como uno de los mejores del mundo en los setenta y principios de los ochenta), José Ramón Choperena, Julio Olaizola, Luciano Murillo, el capitán Ignacio Kortobarria (quien pidió no ser convocado a la selección española), en la defensa; José Agustín Aranzabal Askasibar (Gaztelu), Diego Álvarez y Jesús María Zamora, en la media cancha; Santiago Idígoras, Roberto López Ufarte y Jesús Satrústegui, (Ricardo Muruzábal al 85), en la delantera. Por el Athletic, bajo el mando de Koldo Aguirre, jugaron: José Ángel Iribar, en la portería, José María Lasa, Javier Escalza, José Ignacio Oñaederra y Agustín Guisasola, en la defensa; Ignacio Madariaga, Ángel María Villar (más tarde fue Presidente de la Real Federación Española de Futbol y fue sustituido por Javier Irureta para el segundo tiempo), Txetxu Rojo, en la media cancha; Dani, Ignacio Churruca y Carlos Herrero en la delantera.
Ese derbi vasco fue un llamado para gozar mayores libertades, fue un mensaje para la transición española y fue un soplo distinto para una región que sufrió mucho durante la dictadura. Un jugador que llegó al Puebla y que sólo vivió un año en la Angelópolis fue parte de ese momento y de varios otros en la época de mayor protagonismo para la Real Sociedad de San Sebastián. “El vikingo de Oñati” que cabalgaba por las bandas de Atotxa, aquí logró sus mejores registros goleadores de su carrera profesional, fue parte de esos valientes jugadores que no sabían las consecuencias de presentar la ikurriña, pero que así contribuyeron al debate sociopolítico en España; con lo que se demuestra que el deporte es mucho más que resultados porque está íntimamente relacionado con la identidad regional.