Después de colorear y doblar cuidadosamente sus cartas, los pequeños colocan un lazo rojo adornando cada una, listas para ser colocadas con ilusión en el árbol.
Andrea Casco
En un momento mágico para los hermanos Gael y Adán, de 5 y 3 años respectivamente, ha llegado el momento de expresar sus deseos a los Reyes Magos, quienes se espera que lleguen esta noche.
Armados con hojas blancas, múltiples colores y una gran dosis de imaginación, los niños plasman sus peticiones y dibujan con entusiasmo en sus cartas destinadas a los Reyes de Oriente.
En esta dulce tarea, cuentan con la compañía de su tía Azul, quien les ayuda a perfeccionar los últimos detalles.
Después de colorear y doblar cuidadosamente sus cartas, los pequeños colocan un lazo rojo adornando cada una, listas para ser colocadas con ilusión en el árbol.
Este proceso no solo es una actividad, sino toda una tradición familiar que se vive con amor y alegría, compartiendo la ilusión de los más pequeños con aquellos que más se quiere.
La magia de la temporada se manifiesta en estos gestos llenos de inocencia y esperanza, recordándonos la importancia de conservar las tradiciones que nos unen en momentos especiales.
