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Con el corazón acelerado y la mirada puesta en el horizonte, Fernando emprendió una travesía inolvidable: 2,000 kilómetros desde Atlixco hasta Guatemala, cruzando paisajes volcánicos, selvas y carreteras que parecían infinitas. A bordo de su inseparable compañera —su motocicleta— Fernando desafió el asfalto, el clima y sus propios límites, cumpliendo el sueño que llevaba años cultivando: llegar rodando hasta el corazón de Centroamérica. Más que un viaje, fue una experiencia sensorial única. Cada kilómetro significó un nuevo descubrimiento: aromas, sonidos, paisajes y la calidez de culturas distintas. Esta aventura reafirmó que la libertad no solo se vive, sino que se conquista a pulso y con pasión. El motoclub Águilas de Atlixco, reconocido por promover el turismo sobre dos ruedas y la hermandad biker, celebró el logro de Fernando como un triunfo colectivo, demostrando que los sueños no tienen fronteras. Así, Atlixco se consolida no solo como un destino turístico mágico, sino también como cuna de aventureros que llevan el nombre de Puebla y México a nuevas rutas internacionales.

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Atlixco, Puebla. Para Fernando Sánchez, integrante del motoclub Águilas de Atlixco, la vida se mide en kilómetros y se respira al ritmo del motor.

Por: SICOM-Atlixco

Con el corazón acelerado y la mirada puesta en el horizonte, Fernando emprendió una travesía inolvidable: 2,000 kilómetros desde Atlixco hasta Guatemala, cruzando paisajes volcánicos, selvas y carreteras que parecían infinitas.

A bordo de su inseparable compañera —su motocicleta— Fernando desafió el asfalto, el clima y sus propios límites, cumpliendo el sueño que llevaba años cultivando: llegar rodando hasta el corazón de Centroamérica.

Más que un viaje, fue una experiencia sensorial única. Cada kilómetro significó un nuevo descubrimiento: aromas, sonidos, paisajes y la calidez de culturas distintas.

Esta aventura reafirmó que la libertad no solo se vive, sino que se conquista a pulso y con pasión.

El motoclub Águilas de Atlixco, reconocido por promover el turismo sobre dos ruedas y la hermandad biker, celebró el logro de Fernando como un triunfo colectivo, demostrando que los sueños no tienen fronteras.

Así, Atlixco se consolida no solo como un destino turístico mágico, sino también como cuna de aventureros que llevan el nombre de Puebla y México a nuevas rutas internacionales.