En el parque local, aún se mantiene un árbol caído junto al tianguis, recordando la magnitud de la tormenta.
David Portillo
Han pasado cinco días desde la fuerte granizada del viernes, y las afectaciones en la junta auxiliar de La Libertad aún son evidentes.
La señora Jazmín García continúa sacando agua de su comedor con un bote y cubetas. La granizada afectó todo tipo de muebles en su hogar, desde sillas y mesas hasta el refrigerador y la vitrina. “Las camas, los muebles, las televisiones, el refrigerador, los sillones, la ropa, los zapatos, todo se dañó. Una ventana se rompió debido al granizo”, señaló Jazmín, quien sigue enfrentando las consecuencias del desastre.
La familia Vázquez también sufrió daños considerables. Una caminadora se descompuso, varios muebles tienen polvo y lodo, y sus sillones permanecen húmedos. En su negocio de materiales para construcción, colocaron bloques y costales de arena para evitar que el agua ingrese en caso de futuras lluvias.
“Los daños fueron a la sala, el refrigerador, las camas, incluso la cisterna quedó vacía porque se contaminó. El albañil vino a arreglar los daños porque, si vuelve a llover, nos irá peor”, comentó Claudia Vázquez.
En el parque local, aún se mantiene un árbol caído junto al tianguis, recordando la magnitud de la tormenta.
En la colonia Adolfo López Mateos, personal de limpieza utilizó maquinaria pesada para retirar escombros de la vivienda de la familia Villagrán. A pesar de esto, la cuantificación de daños parece interminable. Los muebles de cocina en otra habitación se mojaron y aún están cubiertos de lodo.
“Tenemos cosas de trabajo que se echaron a perder. Nos apoyaron con la limpieza de la cisterna y nosotros la sanitizamos con nuestros recursos porque estaba llena de lodo”, comentó Mónica Villagrán.
En la colonia Francisco I. Madero, las labores de retiro de granizo han concluido, pero los residentes continúan removiendo tierra y hojarasca.
