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Sicom Noticias
En un fascinante juego entre la realidad y la ficción, “Chilangolandia, mi amor” ofrece un retrato irónico y entrañable de la Ciudad de México a través del teatro de títeres y objetos. La obra, dirigida por Alicia Jiménez y Abigail Espíndola, con dramaturgia de Mario Conde y producción ejecutiva de Aranza Atilano Reyes, es parte del Circuito Nacional de Artes Escénicas Chapultepec: Títeres y Objetos.
Un escenario inicialmente vacío se transforma, albergando cuatro andamios que, en una coreografía, construyen vecindades, mercados y estaciones de transporte público, reflejando el dinámico caos que define a la capital. En cada escena, más de 300 objetos y títeres cobran vida para dar voz a las historias cotidianas de quienes habitan y transitan la urbe, desde el trabajador “godín” hasta el bullicio del transporte colectivo.
“La Ciudad de México no solo es para quienes nacimos aquí, también pertenece a quienes la habitamos desde la periferia,” detalla Aranza Atilano en entrevista. El montaje, creado por la compañía La Sombra Producciones, requirió cerca de un año de creación y cinco meses de montaje, rescatando la iconografía urbana y mostrando la ciudad en toda su magnitud visual.
“Es fascinante cómo los títeres y los objetos conectan con el público. Son herramientas que permiten contar historias extraordinarias y hacer visible lo que nos rodea cada día, pero no siempre reconocemos como parte de nuestra identidad,” añade Atilano.
La obra tuvo presentaciones en el Circuito Chapultepec y una temporada en el Sistema de Teatros de la Ciudad de México a principios de 2024. Recientemente, se presentó en el Tercer Festival de Teatro de Títeres Alma de Madera, en el Centro Cultural Helénico.
Un Camino entre las Infancias y la Producción Teatral
Aranza Atilano, con más de siete años en la producción y gestión escénica, ha enfocado su trabajo en las artes para las infancias y el teatro de títeres y objetos. Egresada de Literatura Dramática y Teatro por la UNAM, ha participado en proyectos como ¿Qué tan arriba es arriba? de Hasta La China Teatro y Duelo de Brujos de Jengibre Teatro.
“La infancia es el público más genuino y honesto. No mienten: si algo les gusta lo sabrás, pero si no, también,” comparte la productora. En el teatro de títeres, encontró una herramienta ideal para contar historias llenas de imaginación. “Los títeres y los objetos permiten un lenguaje creativo que complementa y amplía lo que el cuerpo por sí solo no puede lograr,” explica.
Atilano también planea crear su propia compañía teatral, combinando producción escénica con pedagogía artística. Para 2025, participará en la producción de “Fenrir, el dios lobo” de Teatrapos, una obra dirigida a jóvenes audiencias que explorará el mundo vikingo con títeres monumentales, espadas y lobos de gran escala.
“La juventud queda muchas veces relegada en la cartelera teatral. Compiten con fenómenos como los superhéroes y las grandes producciones, por lo que ofrecer propuestas visualmente impactantes es fundamental,” afirma.
Finalmente, Atilano asegura que además de la creación de nuevos montajes, siempre buscará descentralizar el teatro y llevarlo a públicos distintos.
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