El manejo de la crisis evidenció la falta de coordinación entre administraciones, especialmente por la no asunción del mando de emergencia por parte del Gobierno central.
Sicom Noticias
El presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, cesó a Salomé Pradas Ten como consellera de Justicia e Interior, tras la polémica por su gestión de la Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA), que dejó un saldo de 220 personas fallecidas. La decisión se tomó 22 días después de que el fenómeno meteorológico afectara gravemente a la región.
Mazón agradeció a Pradas su labor en el cargo y su trayectoria en la Generalitat, aunque la presión de la oposición y sectores ciudadanos, que también han pedido su dimisión, marcó el contexto de la destitución.
En respuesta, el gobierno valenciano anunció una reestructuración en su administración, creando una Consejería Específica de Emergencias e Interior, que será liderada por Juan Carlos Valderrama Zurián. Asimismo, Nuria Martínez Sanchis asumirá la titularidad de la Conselleria de Justicia.
Gestión cuestionada
Pradas, quien lideró proyectos como el desbloqueo de obras en Alicante, la revisión de planes en parques naturales y mejoras en transporte público, enfrentó críticas por la falta de previsión y respuesta ante la DANA. Además, la demora en la ejecución de obras clave, como las previstas en La Rambla del Poyo, incrementó las demandas de responsabilidades al gobierno autonómico y al central.
El manejo de la crisis evidenció la falta de coordinación entre administraciones, especialmente por la no asunción del mando de emergencia por parte del Gobierno central.
Con estos cambios, Mazón busca contener las críticas y encauzar la estrategia de gestión de emergencias en la Comunidad Valenciana. Sin embargo, la oposición sigue exigiendo explicaciones y medidas más contundentes frente a las consecuencias de la tragedia.
