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Carácter: ¿Se hereda o se inculca?

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Incluso podemos “heredar” miedos de nuestros padres mediante la observación de sus comportamientos. Esta capacidad de aprendizaje y adaptación está presente desde temprana edad.

Andrea Casco

Reza el refrán que “lo que no se hurta, se hereda”, pero ¿esto aplica también al humor?

No importa la edad ni si eres hijo, hija, joven o adulto; es innegable que gran parte de nuestra personalidad la adquirimos de nuestros padres. Sin embargo, la mayoría sostiene que más que una cuestión de herencia, se trata de enseñanza.

Es importante hacer una distinción clave: el temperamento es algo con lo que nacemos, es esa parte instintiva que nos hace reaccionar de cierta manera sin que nadie nos lo haya enseñado. Constituye la capa instintivo-afectiva de nuestra personalidad, sobre la cual la inteligencia y la voluntad moldean el carácter. Es decir, es un modo espontáneo y natural de reaccionar desde la emoción.

Mientras tanto, el carácter se forma a partir del temperamento como base biológica, determinado por procesos fisiológicos y factores genéticos que influyen en nuestra conducta.

Incluso podemos “heredar” miedos de nuestros padres mediante la observación de sus comportamientos. Esta capacidad de aprendizaje y adaptación está presente desde temprana edad, y nos permite absorber ciertos temores sin que sean necesariamente parte de nuestra herencia genética.

En conclusión, aunque la genética juega un papel importante en la formación de nuestra personalidad, la enseñanza y el entorno también desempeñan un rol fundamental. Nuestro carácter se ve moldeado por una combinación de factores innatos y aprendidos, lo cual nos hace seres únicos y con la capacidad de evolucionar a lo largo de nuestras vidas.