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Cultura

Arte y naturaleza dialogan en la exposición María Sada. Biofilia, en el Museo Nacional de Arte

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Las piezas de la artista regiomontana dialogan con obras de grandes maestros de la plástica mexicana, como José María Velasco, Joaquín Clausell, Luis G. Serrano, Félix Parra y Gerardo Murillo Dr. Atl, entre otros.

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La Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal), a través del Museo Nacional de Arte (Munal), presentan la exposición María Sada. Biofilia. Arte y naturaleza.  Abrirá sus puertas al público este 22 de febrero y permanecerá hasta el 25 de junio en las salas temporales de la segunda planta del recinto.

A partir de los postulados del biólogo estadounidense Edward O. Wilson, el concepto de biofilia es entendido como “el amor por la naturaleza”, mismo que ha llevado a la artista regiomontana María Sada a reflexionar en torno a la “relación innata de la especie humana con el resto del mundo vivo”.

Como parte del programa de relecturas curatoriales del acervo del Munal, esta exposición invita a mirar la naturaleza desde una perspectiva cientificista, tal como sucedió con los viajeros decimonónicos y paisajistas académicos. Los objetivos fundamentales del proyecto radican en descubrir —desde la plástica— una enorme variedad de flora y fauna que siembran una reflexión sobre el ecosistema, generando afortunados contrapuntos entre la pincelada naturalista de Sada y artistas referenciales de las colecciones de los siglos XIX y XX del museo.

Con cerca de 70 piezas que incluyen pintura, escultura, fotografía y artes decorativas, la muestra busca poner en valor la relación entre arte y naturaleza, binomio indisoluble y motivo de inspiración para numerosos artistas a través del tiempo.

Inspiradas por la estética y pensamiento orientales —a través del empleo de los delicados patrones y símbolos de la técnica de dibujo y pintura sumi-e—, las pinceladas preciosistas de Sada dialogan en paridad con obras señeras del recinto.

De grandes coleccionistas particulares —destacando la generosidad de la Galería de Arte Mexicano, y del acervo de la propia artista—, llegan al museo óleos, maderas de sabino intervenidas, papel amate, lino, pluma de gorrión, entre otros recursos técnicos, para ofrecer una galería de vistas sensibles y comprometidas con el entorno.

Cuidadosamente seleccionadas para el trabajo curatorial de esta exposición, los valles, bosques, ríos y volcanes de Sada entablan un juego de espejos con obras de grandes maestros, como José María Velasco, Joaquín Clausell, Luis G. Serrano, Félix Parra, Gerardo Murillo Dr. Atl, entre otros.

En superficies bidimensionales y tridimensionales, las piezas de Biofilia invitan a un recorrido de emotividad, reconocimiento, conciencia, reflexión y esteticismo. La mirada contemporánea, en su apabullante devenir de extinción, agotamiento y cuenta regresiva, encuentra en las piezas de Sada una lucidez que remite a valores primordiales. Sin dogmatismos, nos encontramos en pie de igualdad con nuestra propia supervivencia.

El recorrido parte de la serie El bosque y el árbol caído, con representaciones sobre madera de sabino, en diálogo con artistas como José María Velasco, Joaquín Clausell y Adolfo Best Maugard.

En La poética del paisaje, los escenarios arbolados, rocosos y marinos acuden a las memorias más primigenias para devolvernos a aquello que nos es esencial. Aquí los vasos comunicantes se presentan en obras de Salvador Murillo, Tina Modotti, Saturnino Herrán y el compromiso estético-naturalista de Velasco y Clausell.

Anthologia, evocación grecolatina del mundo floral, acerca la delicada pincelada de María Sada a un registro metódico de magnolias, alcatraces y otras especies que también ocuparon la atención —romántica, científica o simbólica— de grandes pintores como Félix Parra y Luis G. Serrano.

La muestra cierra con el binomio entre tradiciones milenarias y la acuciosa mirada de María para intervenir, con delicados trazos, los kashigata o moldes para dulces japoneses. Aquí, el divertimento como lo suscribe su autora, nos lleva de la mano por una galería de plantas, hojas, peces, gatos y aves que han encontrado espejo en la artesanía popular y sus variopintos motivos, específicamente con aquellas piezas que reunió e investigó el gran artista jalisciense Roberto Montenegro y cuyos fondos hoy resguarda el recinto.

El Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, a través del Museo Nacional de Arte, se congratulan en presentar María Sada. Biofilia. Arte y naturaleza; una invitación a pensar y repensarnos, a partir del entorno, en aquello que señalaba el escritor Émile Zola: “El arte es la naturaleza vista a través de un temperamento”.     

El programa académico está integrado por conferencias virtuales y presenciales con destacados especialistas en torno a los diálogos entre la obra de María Sada y la colección del Munal, en las que participan Alberto Ruy Sánchez, Antonio Lazcano, Rodrigo Medellín y Xavier Moyssén Lechuga. Asimismo, se llevará a cabo un conversatorio de apertura a cargo de la artista y Héctor Palhares Meza, curador de la exposición.

Coordinadas por el departamento Munal+Educa y dirigidas a niñas, niños, jóvenes, adultos mayores y personas con discapacidad, la exposición se complementa con actividades educativas vinculadas con el contacto y amor por la naturaleza. La propuesta principal consiste en un módulo didáctico donde los participantes podrán jugar con reproducciones de las obras, investigar sobre algunas plantas, seguir las pistas para descubrir una obra perdida, así como integrar diferentes elementos para generar una nueva composición pictórica; también habrá talleres de creación de moldes y papel maché.