Algunos aprendientes se acostumbraron a las clases virtuales, y que sus colegas les compartieran las gráficas de las clases o que podían echar mano de otras herramientas tecnológicas.
David Portillo
Problemas en el aprendizaje durante el primer año de pandemia, ese es uno de los motivos por los que alumnos y alumnas aprovechan sus vacaciones de verano para tomar clases de regularización.
Rodrigo Calva, maestro de Matemáticas, explicó que la mayoría de aprendientes que atiende son aquellos que dieron el salto de primaria a secundaria, o de secundaria a bachillerato, por lo cual no tienen las bases de los ejercicios que deben realizar en los siguientes grados y ello les dificulta resolverlos.
Además, el docente reconoció que algunos alumnos y alumnas se acostumbraron a las clases virtuales, y que sus colegas les compartieran las gráficas de las clases o que podían echar mano de otras herramientas tecnológicas para realizar sus ejercicios, lo cual también provocó un bajo rendimiento durante las clases presenciales en las cuales no podían echar mano de otras herramientas que no fueran sus calculadoras.
Los docentes particulares llegan a cobrar desde los 100 hasta 250 pesos por la hora clase que brindan, y en promedio se requieren de seis a ocho clases para la regularización del alumno y en ocasiones un seguimiento semanal para revisar los temas de clase.
