Los esfuerzos de vacunación llegaron a cerca de 12 millones de refugiados, desplazados internos y migrantes en once países.
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Un proyecto financiado por la Unión Europea y ejecutado por la OMS ayudó a los sistemas sanitarios a ser más resilientes y estar mejor preparados para hacer frente a futuras epidemias de enfermedades prevenibles mediante vacunación.
La cobertura de vacunación contra la COVID-19 está aumentando en los entornos humanitarios más frágiles de África a medida que el proyecto de dos años llega a su fin.
A principios de 2022, la tasa de vacunación contra la COVID-19 era inferior al 5% en promedio en los países participantes: Burundi, Camerún, República Centroafricana, Chad, República Democrática del Congo, Guinea, Liberia, Madagascar, Malí, Mozambique, Níger, Nigeria, Somalia, República de Sudán del Sur, Sudán y Tanzania.
Esa tasa ahora se está acercando al 30%, el promedio del continente. 34 millones de personas han recibido las vacunas de dos dosis, más de 1 de cada 4 personas en toda la población de todos los países.
El objetivo del proyecto ha sido priorizar a las personas y comunidades más vulnerables.
Para lograr este éxito fueron cruciales los trabajadores nacionales de la salud capacitados por la OMS que han estado administrando vacunas en centros urbanos, aldeas remotas, campamentos de refugiados y desplazados, lugares de trabajo, espacios públicos y otros lugares. El número de trabajadores de la salud formados por la OMS aumentó de unos 130 000 en 2022 a casi 2 millones en mayo de 2023.
