La columna de Andrea del Pilar Casco meneses
Siempre he pensado que si no fuera por la temporada navideña, los cumpleaños y cualquier otra fecha para festejar, la vida sería monótona, difícilmente tendríamos la oportunidad de tomarnos un suspiro para comenzar de nuevo (de ser necesario) o continuar (en el mejor de los casos).
Estas fechas funcionan como un medidor de tiempo, convivir con quienes más se quiere, disfrutar de las cosas que son invaluables, es así como los seres humanos podemos darnos cuenta de nuestra mínima presencia ante el inmenso universo.
Una vez que concluye el tiempo de celebraciones decembrinas es el instante ideal para ponernos a prueba, continuar con la emotividad, felicidad y alegría en la cotidianidad.
Dicen que los momentos buenos hay que buscarlos, porque los malos llegan solos. Asumir el compromiso desde nuestro interior para generar nuestro bienestar y el de quienes nos rodean. Si estamos bien, podremos brindar nuestra mejor versión a los demás y al mundo ante los múltiples escenarios que puedan presentarse.
No se trata de romantizar más bien de ser realistas, de nosotros depende qué tan bien o mal estaremos en nuestro paso por la tierra, el significado que le damos a la existencia está ligado al sentido que otras personas nos aportan en nuestro día a día.
Los expertos señalan que nuestra felicidad es el resultado de las relaciones interpersonales, reflexionemos entonces sobre lo que necesitamos para llevarnos mejor con los demás, padres, hermanos, hijos, vecinos, compañeros de trabajo, pero también con nosotros mismos, seamos los mejores aliados para nuestra persona en esta nueva página que recién comienza.
Queridos lectores que el 2024 este repleto de alegría, aprendizaje, generosidad, asombro, éxitos, cosas buenas, además de inteligencia y fortaleza para afrontar las no tan buenas.
¿Nos leemos el siguiente lunes? @Andy_Casco
