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Andando A Pie | La felicidad como compañera de vida
Publicado
hace 2 díasPor
SICOM NoticiasSicom Opina Con… Andrea Casco
Dicen que: “La felicidad es eso que pasa mientras la vida avanza”.
Seguramente, esta es una frase que he escrito anteriormente, (lo notarán). La repito a menudo, porque es verdadera.
¿Cuándo fue la última vez que se sintieron completamente alegres o entusiastas mientras están sumergidos o sumergidas en la rutina?
Se avecina para muchos y muchas una de las mejores épocas, NAVIDAD. Luces, reuniones con familiares, con amigos, abrazos, cenas, regalos, compras innecesarias por doquier en la mayoría de los casos, gastos, gastos y más gastos. La alegría va difuminándose mientras lo analizamos más a fondo.
El verdadero sentido de la celebración se aminora mientras se rodea de la mercadotecnia, el egocentrismo y lo insustancial.
Debe ser momento de frenar, de tomar un respiro, de mirar a nuestro alrededor y de saber que la felicidad está en todos lados, desafortunadamente, aunque no nos aceche, es decir, no siempre será para nosotros, pero sí dependerá de cada uno poder mirarla con ojos coquetos para atraerla hacia nuestra vida, algo así como sentirse agradecido con cada cosa que ocurra por muy malo o bueno quesea, tarde o temprano pasará.
En otras palabras, la felicidad sí está en cada uno de nosotros. Sí hoy tenemos la oportunidad de festejar por lo alto, de brindar, de cenar con los nuestros, de abrazarlos, de mimarlos y por qué no de rodearnos incluso de esos lujos o compras, es un excelente momento para sentirse dichoso y agradecer. Pero al mismo tiempo debe ser obligado analizar y extender la mano a aquellos a quienes perdieron un familiar, el empleo, la economía ahorca o simplemente no es una buena racha.
La felicidad si no se extiende se aminora, se seca como una planta o flor que jamás fue regada con el agua más pura, la solidaridad.
Es el tiempo ideal para cerrar con broche de oro, dar lo mejor de sí. No sólo para navidad, o año nuevo. Si no el día a día porque la felicidad esta al despertar, en la primera taza de café, en las risas con los compañeros de trabajo, en el beso de tu madre, en el apoyo de los hermanos, eso que nos hace más fuertes y nos prepara para la desdicha.
¿Nos leemos el próximo lunes?